El tejido industrial de Alcalá de Guadaíra sufre un nuevo revés con el traslado de la actividad del grupo de La Casera
Primero fue Santa Bárbara, que desde 2023 montará los carros blindados en Trubia, y ahora se marcha la fabricación de Sunny Delight a Toledo
El grupo de La Casera trasladará la actividad de la planta sevillana a Toledo/ EP
Sevilla
La historia se repite. De nuevo una compañía anuncia en Alcalá de Guadaíra el traslado de su actividad fuera de Sevilla y Andalucía. Esta vez ha sido la compañía Suntury Beverage and Foof Spain, fabricante de las bebidas Schweppes, La Casera, Trina y Sunny Delight, la que ha comunicado que se llevará la fabricación de Sunny Delight a Toledo. Con el anuncio de un ERE, que comenzará a negociarse a finales de la próxima semana, se pone fin a la apuesta multimillonaria de este grupo de fabricar en la planta sevillana esta bebida.
Fue en enero de 2012 cuando decidió trasladar esta producción desde la planta catalana de Mataró a la de Sevilla, con una inversión de 20 millones de euros y la ayuda posterior de 3,7 millones por parte de la Agencia Idea, de la Junta. Diez años después, y debido a las pérdidas que arrastra este producto, la compañía trasladará la producción a Toledo y en Sevilla dejará solo el área comercial. En la planta sevillana hay, según fuentes sindicales, unos 70 trabajadores, 38 de ellos de fábrica, que serán los que pueden verse afectados. En la reunión, el comité preguntará a quien y cómo se aplicará el expediente.
Pero no es la única empresa de Alcalá de Guadaíra que plantea un traslado de producción. En Santa Bárbara los trabajadores continuan con la incertidumbre del traslado, mientras que esperan mas contratos de mantenimiento para contar con actividad.
La empresa ha entregado recientemente a Defensa dos Vehículos de Combate sobre Ruedas 8x8, más conocidos como los dragones, cuyo montaje se ha realizado en la fábrica de Alcalá de Guadaíra, pero cuando termine el año dejarán de fabricarse en Sevilla porque esta actividad se trasladará definitivamente a Trubia, en Asturias.
La planta sevillana se dedicará solo al mantenimiento y los sindicatos, tras un periodo intenso de movilizaciones y 21 trabajadores despedidos, de los que finalmente solo han regresado cuatro, están a la espera de que se concrete carga de trabajo que garantice su continuidad.




