Desenterrarnos

Córdoba

Anthony Beevor asegura en su libro "La Guerra Civil Española“ +que en ninguna otra provincia se produjeron más muertos por la represión fascista que en Córdoba. Si los aproximadamente 10.000 represaliados de los que habla Beevor fueran ciertos, lo encontrado hasta ahora en el Cementerio de la Salud sería sólo la punta del iceberg.

Pero no nos quedemos sólo en las cifras, que siempre hacen que abramos mucho los ojos escandalizados, pero nos hacen perder la perspectiva. Y es que lo que los expertos y voluntarios extraen ahora son huesos, fósiles de nuestra historia, pero lo que se enterró fue nuestro futuro. Vecinos y vecinas que en otras circunstancias podrían haber sido buenos alcaldes, buenos maestros, buenos médicos, o simplemente buenos padres que trajeran a Córdoba otros buenos vecinos que siguieran mejorando nuestra ciudad y el mundo. En definitiva, nos enterramos a nosotros mismos. Y por eso es tan necesario que en estos momentos, vecinos y administraciones se quiten las etiquetas ideológicas personales y se olviden del frente en el que luchó su abuelo. Lo que pasó en Córdoba y en otros lugares de España no lo hizo una potencia invasora, sino que nos lo hicimos nosotros mismos, los españoles, y nunca vamos a conseguir avanzar hacia el futuro si no desenterramos ese pasado que hace 80 años también era el futuro, los sueños de alguien.

Crecí en una España de la que se decía entonces, en los ochenta, que tenía un retraso de entre cien y ciento cincuenta años respecto a otros países europeos. En estos más de cuarenta años de democracia España ha dado un salto gigantesco. No querer dar dignidad a los represaliados y, sobre todo, a sus familias, es querer regresar o mantenernos en el pasado más oscuro