Sound para todos y todos para Granada
El décimo aniversario del mítico festival de música nos trajo una comunión total entre grupos, público y ciudad con momentos épicos de la mano de The Hives, Lori Meyers y Rigoberta Bandini
Granada
Ya viene siendo tradición en la ciudad cerrar el verano musical celebrando el evento más multitudinario de la provincia en las inmediaciones de Mercagranada, el Cortijo del Conde, bajo el nombre de Granada Sound, que este año celebraba su décimo aniversario. Dos jornadas de música sin pausa alguna gracias a los escenarios gemelos, Alhambra y Repsol junto a la Placeta Granada Sound.
Un recinto que va evolucionando año tras año, en esta ocasión se ha usado césped artificial hasta la mitad del mismo, la zona VIP se ha rediseñado casi por completo, se ha incluido una caseta de Punto Violeta, dispositivos automáticos para la recarga de las pulseras, como ven pequeños detalles que van sumando. Sin olvidar la gestión de barras y baños, gracias otro año más a Mireia y Tania, donde la celeridad y limpieza era la nota predominante.
Unas 25000 personas han desfilado, literalmente a tenor de algunos modelos de vestuario, por el Sound, de las cuales 16000 llegaron a través de las lanzaderas dispuestas por la organización, sin duda un éxito. Y queremos recalcar este punto porque si bien es cierto que otros años ha habido mayor afluencia de público sí vemos un problema de movilidad interna, dejando pequeño el recinto a partir de cierta hora, esperemos al año que viene y ver si esta espuma festivalera post-pandemia baja a su cauce normal porque si no en un futuro no muy lejano habrá que cambiar de recinto o poner aforo máximo, sabemos que ambas soluciones son complejas pero van en pos de un disfrute mayor por los asistentes.
Una edición especial, era la número diez y en la que el cartel que dispuso The Music Republic, promotora del festival, generaba ciertas dudas ante buena parte del público que lo consideraba algo flojo. Nada más lejos de la realidad y para ello tenemos las pruebas de todo lo acaecido con momentos de inflexión donde hubo una comunión total entre músicos y "sounders".
De ellos nos quedamos con 3 puntos, The Hives, la banda sueca de Almqvist nos hizo vibrar con su propuesta de rock puro, ritmos sincopados de guitarra, bajo y batería. Aire clásico para volver a una esencia que no debemos perder de vista. Arrancar con "Come on" ya te deja claro hacia dónde va a ir su concierto, aunque no contábamos con su desparpajo, a todos nos bautizó como "andalucianos".
Rigoberta Bandini y su emocionante despedida de los escenarios durante un tiempo, además de la baja maternal de su corista y prima. Un show donde los coros, el forillo de brillos dorados en contraposición del vestuario blanco y unos eslóganes que han calado, "In Spain we call it soledad", "Pero si yo fuera perra", "No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas, Sin ellas no habría humanidad ni habría belleza", donde se vieron los pechos tanto de Bandini como de Barenys, un público entregado, sabiendo que hasta dentro de un tiempo no se le volverá a ver.
¿Y qué decir de Lori Meyers?, más granadinos que una Maritoñi, con la camiseta retro del Granada, celebrando la victoria ante el Mirandés, visita de parte del equipo técnico con Karanka a la cabeza y de cumpleaños de su guitarrista Toni Jiménez, a priori debe ser sencillo seguir con todo este viento de cara. Pues bien, no contentos con esto decidieron poner la maquinaria a pleno rendimiento e hicieron uno de sus mejores pases festivaleros que se recuerdan, suelen ser muy efectivos en estas lides, pero sobresalieron con "Alta fidelidad", "El tiempo pasará", "Luces de neón" y unas "Luciérnagas y mariposas" que en nuestra humilde opinión suena mejor que nunca.
Pero con este trío no hacemos un festival de esta envergadura y también pasaron por allí Alizz, un compositor en el que vamos viendo crecer su figura en los escenarios, realizando una versión "Un buen día" de Los Planetas en su tierra, o subiendo a cantar junto él a Rigoberta Bandini para interpretar Amanecer. Una vuelta de tuerca en su "Puta gira" de Zahara, donde unos visuales retro ochenteros se fusionan con los sonidos electrónicos, el rojo imperante, aún seguimos con la duda si era un concierto, una sesión dj o una rave, lo que sí tenemos claro es su poder de convocatoria.
De la rave a Hawái, así comenzó su concierto Carlos Sadness, en referencia a ir justo detrás de Zahara y es que el público aún trataba de bajar pulsaciones. Su estética tan personal y sus ritmos tropicales, un ukelele como protagonista y temas como "Física Moderna", una gran "Filosofía básica" y un enorme homenaje a Supersubmarina con su visión particular de “LN, Granada”.
Aunque este año el horario era más beneficioso para todos, se comenzaba algo más tarde que en ediciones anteriores, siempre es difícil arrancar pero tanto Niña Polaca, grupo descarado como pocos pero que suena fresco, ese comienzo a lo ¿Titanic? desafinado fue algo inesperado. Y para originales nuestros vecinos "Colectivo Da Silva" y su ya armada de seguidores que les acompañan, fruto de un trabajo bien hecho, sumando poco a poco. La la love you, con su visión vital, desenfadada y ese algo que tienen para presentir que serán una banda imprescindible.
Y otro que no para de crecer, Dani Fernández, que para algunos indies se ha dado a conocer por su colaboración con Viva Suecia en "Lo siento", pero que es mucho más que eso, Bailemos o Supersubmarina lo refrendan. "Con altura" llegaron Ginebras, banda íntegramente femenina y realmente emocionadas por ser una de las referencias de este Sound.
Mucho más asentados en el panorama son Sidonie, Dorian y Miss Caffeina, grupos que aúnan calidad, sonido y una artillería de letras listas para ser coreadas por miles de voces.
Dejamos para el final de esta crónica la Placeta Granada Sound, la carpa que dispuso la organización para grupos pujantes, Jack Bisonte, Melifluo, Morning Drivers, así como djs, épica sesión de Don Gonzalo inclusive.
Así transcurrió el fin de semana, a grandes líneas, obviamente sucedieron muchos más momentos que guardaremos en nuestras retinas y recuerdos, pero sin duda alguna podemos afirmar que ha sido una edición a la altura de su efeméride.