No se la pierdan

Córdoba

En nuestra ciudad a veces refulgen destellos de luz, como estrellas fugaces, que nos recuerdan que, en mitad de la oscuridad, hay esperanza. Este lunes se inauguró en el Archivo Histórico Provincial, con inusual presencia mediática, la exposición “Córdoba, capital de un imperio. La visita de Felipe II en 1570”, con la presencia del rector de la Universidad y su antecesor, el hoy consejero de Universidades de la Junta de Andalucía.

La exposición es fruto de la incansable y vanguardista labor investigadora de los profesores Antonio Díaz y Rafael Girón, que junto al catedrático de Historia Moderna Enrique Soria y otros miembros de su equipo llevan años trabajando para sacar a la luz aspectos desconocidos de nuestro pasado local, regional y nacional. La excelente exposición combina la mirada a documentos originales de la época del propio archivo con todo tipo de material gráfico y audiovisual, y pone de manifiesto dos realidades. Una, la enorme importancia de Córdoba en el siglo XVI, y dos, que los cordobeses seguimos viviendo de espaldas a gran parte de nuestro pasado. Y eso último no sería tan grave si no fuera por las terribles consecuencias que tiene para nuestra cultura y una actividad tan esencial como el turismo.

Que la Mezquita-Catedral es uno de lugares más bellos y emblemáticos del planeta es indudable, pero al mismo tiempo es un trágico error creer que es lo único que tenemos que contarle al mundo. Los cordobeses tenemos un larguísimo rosario de cuentas pendientes con Córdoba, nuestra historia y nuestro patrimonio, y esta exposición viene a saldar, por fin, una de ellas. Tienen hasta noviembre para no perdérsela, y quizá así, también, de paso, se encuentren un poco más a sí mismos