El Puente de Alfonso XIII entra en la 'Lista Roja' de Hispania Nostra
Fue el primero articulado de hierro, pero en la actualidad se encuentra desmontado en un solar
Sevilla
En la retina de muchos sevillanos queda el recuerdo del puente de Alfonso XIII o Puente de Hierro, ya que formaba parte del paisaje de la capital andaluza hasta que fue desmontado en 1998 y almacenado en el muelle de Las Delicias.
Tras descartarse su reutilización, en 2003 fue trasladado al solar de Las Razas, donde se encuentra actualmente. A pesar de hallarse en la intemperie y sin cuidado alguno desde su desmantelamiento, se encuentra en un estado de conservación aceptable.
No obstante, tiene cierto deterioro producto de su abandono además de haber sido víctima de actos vandálicos que le han hecho perder parte de las barandillas y otros elementos ornamentales. Por estos motivos, el puente de Alfonso XIII o de Hierro de Sevilla acaba de ser incluido en la 'Lista Roja del Patrimonio' que elabora la asociación Hispania Nostra (https://listaroja.hispanianostra.org/) y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
El puente de Alfonso XIII o de Hierro de Sevilla fue el primer puente articulado construido en la ciudad con motivo de la exposición iberoamericana de 1929. Constituye un ejemplo único en la tipología de ingeniería industrial en España. Fue diseñado por el ingeniero José Delgado Brackenbury.
Localizado en el extremo norte del canal de Alfonso XIII, formó parte de la ampliación portuaria del momento. Fue inaugurado el 6 de abril de 1926. Es el cuarto puente que cruza el río Guadalquivir, pero el único móvil. A partir de 1992, se plantea su sustitución por otro construido cerca de su emplazamiento.
Este elemento arquitectónico se convirtió en un símbolo de la ciudad y está incluido en el imaginario colectivo de la misma. Es un puente articulado de doble brazo, con sistema Scherzer, que cuenta con un carril en cada sentido para vehículos y ferrocarril. Tiene en el vano central 56 metros de longitud, con un tablero que se divide en dos partes iguales basculantes. Los mecanismos eléctricos de apertura y cierre eran independientes en cada una de las partes del tablero central y se ponían en funcionamiento para permitir el paso de barcos.