Toca abrir el melón
La periodista Ana Huguet reflexiona en su columna en La Ventana Andalucía sobre la falta de mano de obra cualificada y la economía sumergida
La columna de Ana Huguet en La Ventana Andalucía (24-10-2022)
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Sevilla
Las empresas de la construcción de la provincia de Cádiz advirtieron en una entrevista en televisión en abril de 2018 de una falta de mano de obra en el sector. Decían no encontrar peones, oficiales y soldadores. Con una tasa de paro que entonces llegaba al 30%, las declaraciones del portavoz de la FAEC se colaron en los informativos de ámbito nacional y provocaron la indignación sindical.
Días más tarde, era la propia delegación de Empleo del Ayuntamiento de Jerez la que admitía tener dificultades para contratar obreros. La prensa puso el micrófono a organizaciones empresariales y varios responsables de administraciones públicas, pero optaron por esquivar un debate tan delicado y complejo como impopular.
Han pasado más de cuatro años de aquello y la denuncia ni es aislada ni se circunscribe a un colectivo o ideología. Me remito a tres ejemplos de la última semana. El presidente de las Cámaras de Comercio de Andalucía, Javier Sánchez Rojas, ha hablado en televisión de un problema “gravísimo” en gran parte de los sectores por “un desajuste tremendo entre oferta y demanda de empleo”; ha llegado a criticar un sistema que, a su juicio, “estimula la capacidad de decidir si merece la pena trabajar o no”. El secretario provincial de Coag Miguel Pérez ha hablado de “listas de paro llenas mientras en las explotaciones agrarias las listas son de espera para encontrar cuadrillas”. Por último, el presidente nacional de Ata, Lorenzo Amor, ha aseverado que existe falta de mano de obra de ingenieros, camareros, conductores de autobús o camión “para cobrar según convenio y trabajar las horas que están en convenio”; y ha añadido que hay “una tasa de paro irreal, de gente que está apuntada al INEM, pero que está trabajando”.
Plantear este debate no es cuestionar subsidios y pagas sino encarar un problema real del mercado laboral. Ya hay fórmulas y reflexiones muy válidas en países del entorno. No pueden convivir tasas de paro del 20% con falta de mano de obra y una economía sumergida del 30%. No es asumible. Toca abrir el melón.
