La cultura y el olvido de los barrios en este otoño cordobés

Córdoba

El Otoño ha llegado (aunque climatológicamente no lo parezca) y con ello el “desparrame” cordobés. Como si un ensayo del mes de Mayo se tratase, las calles de Córdoba (o al menos algunas de ellas) se llenan de actividades culturales, conciertos, propuestas y gente, sobre todo, mucha gente. El Cordoblues, Flora, el concurso Nacional de Arte Flamenco, el Festival de la creación joven Eutopía, etcétera, traen a nuestra ciudad el bullicio después del desértico verano cordobés.

Algunas desde los márgenes llevamos tiempo reclamando que la cultura se adentre en las periferias. Y eso no implica solo montar algún espectáculo en los límites del río sino introducirse en los barrios y, lo que es más importante, interactuar con ellos. Póngase por delante que programas como “Cultura en red” llevan tiempo no solo trayendo cultura a estos, sino mostrando la que hay dentro de ellos. Pero es que quizás un solo programa no es suficiente y este debería ser un eje transversal en la programación cultural de la ciudad.

La cultura no es solo para el turismo ni el turismo puede ser el sostén de la cultura. La cultura debe ser patrimonio de los territorios y emerger de dentro de ellos. Democratizarla e ir más allá de la cultura de eventos no es solo una cuestión de desarrollo económico, sino que es una cuestión de derechos, de ciudadanía. Porque hay vida más allá del centro histórico y talento a borbotones deseando ser compartido en plazas y calles donde el turista no llega.