La palabra liberada
La firma de opinión de Rosa Aparicio
La palabra liberada. La firma de opinión de Rosa Aparicio
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Córdoba
En tiempos de bulos, clickbaits y redacciones cada vez más mermadas y peor remuneradas, no existen muchos motivos para el optimismo en una profesión, la periodística, que atraviesa una de las mayores crisis de confianza entre la ciudadanía.
Así, al menos, lo recogía el último informe del Reuters Institute publicado en España por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra que, por primera vez este año, señalaba que los españoles que no confían en los medios superan en número a los que sí lo hacen. Una de cada tres personas no tiene interés ni se fía de las noticias. Mal asunto para nuestra salud democrática.
Por eso, premios como el Andaluz de Periodismo Social Alberto Almansa cuyo fallo se dio a conocer ayer, son más imprescindibles que nunca. Un certamen modesto, sin subvenciones, impulsado por colectivos sociales que lleva el nombre de un periodista cordobés que a lo largo de su trayectoria profesional dio voz a esas historias con alma que tocaban las conciencias e hizo de la profesión de informar en libertad su vida.
Trabajos como los premiados en esta edición dan continuidad al legado del Alberto. “El giro de Enma”, de José Juan Luque Aranda, que a través de la historia de una niña de etnia gitana evidencia el fracaso de la sociedad y de las instituciones en su intervención socioeducativa en un barrio como Las Palmeras o la serie de artículos publicados por los periodistas de El Salto Aurora Báez Boza y Alfonso Torres sobre la indignante situación que este año viven 38 familias de Palma del Río abandonadas a su suerte por el cierre de la fábrica de Zumosol, nos hacen recuperar esa confianza perdida en la profesión periodística.
José Juan, Aurora y Alfonso nos reconcilian con la profesión y son la mejor expresión de esa “palabra liberada” diseñada por Goval para este premio que Alberto Almansa y su obra periodística tan bien representó.