Escribir una firma

Córdoba

Hace 22 años uno de los más brillantes poetas de Córdoba publicó un libro en el que hablaba del proceso creativo. Por esas imprevisibles ráfagas de la memoria, hace días que pienso en ellos, en el poeta, Eduardo García, y en el libro, ‘Escribir un poema’.

Quizá el impacto de ver a Bolsonaro acudir a las urnas con chaleco antibalas fue el detonante que me conectó con el poeta cordobés, nacido en Brasil, y me golpeó la frente contra un muro de preguntas, quizá las mismas que se hace un poeta al escribir un poema.

Normalmente, cuando me siento a escribir esta firma ya sé adonde quiero llegar, pero hoy no lo tengo tan claro. Aun ahora, en el durante, no sé de qué despojarme.

Han sido unas semanas convulsas, con imágenes que superan la realidad, con ficciones que resultan ser ciertas y con imprevistos que han movido la tierra bajo mis pies.

Por ir centrando las cosas, hoy no abordaré mi tristeza por un adiós inesperado que me ha roto el corazón. No quiero, no puedo y no ha pasado.

Tampoco buscaré explicación para un personaje mitad humano mitad villano, al que sitúo en el apartado de ficción que resulta ser cierta, y que por suerte ha sido borrado de la gran pantalla a base de papeletas disparadas en su contra. Nada más que añadir, solo que me alegro por Brasil.

Me quedan las imágenes que superan la realidad y ahí sí quisiera detenerme, pero a esta firma no le caben ya muchas más metáforas, así que lo plantearé sin figuras retóricas: ¿dónde estaba la derecha de esta ciudad el día del recuerdo a todas las víctimas del franquismo? ¿Acaso siguen en la negación; acaso no les escuece que sea la izquierda en solitario la que ponga rostro a una foto que debiera ser de cualquier demócrata?