La emperatriz Rebelde
Córdoba
Una revisión de la figura de la emperatriz Elisabeth de Austria-Hungría, mundialmente conocida como Sissi, llega a las salas de cine de nuestra ciudad, con el no del todo acertado título de “La emperatriz rebelde”.
La película se presentó dentro de la sección Perlas del Festival de San Sebastián, ha pasado también por los de Cannes, Toronto y Londres, y es la candidata para representar a Austria en los Premios Oscar. La directora y guionista Marie Kreutzer rescata a Sissi del relato edulcorado construido por el cine, especialmente por la trilogía dirigida en los años 50 por Ernst Marischka y protagonizada por una joven Romy Schneider. Esta volvería a encarnar este personaje en1973 en “Ludwig”, de Luchino Visconti, que la mostraba ya con un carácter disconforme, alejada de aquella imagen almibarada.
Kreutzer se interesa por la dimensión íntima más que por la histórica y se aleja del biopic convencional en muchos sentidos. En primer lugar, porque se centra únicamente en un pequeño período de la vidade Sissi, cuando esta cumple 40 años; y construye un relato acerca del estado emocional de esta mujer constreñida por las limitaciones del protocolo de la corte, que intuimos la confinan progresivamente aun estado de angustia, infelicidad y vacío existencial. Por eso, el título original de la película, “Corsage”, es más adecuado, ya que significa corsé y este actúa como motivo visual de la película. No solo es una prenda que afina la cintura de la protagonista, sino que hace referencia a todo aquello que la oprime en su jaula de oro y que en cierto momento de la cinta la iguala a una mujer considerada enferma mental a la que se “trata médicamente” aprisionándola con barrotes y cadenas.
Otro punto singular de “La emperatriz rebelde” es el uso del anacronismo. Este recurso no se limita a insertar música moderna al estilo de lo que puso en práctica Sofia Coppola en “María Antonieta” sino que se permite la absoluta infidelidad histórica en bastantes pasajes. Este punto es el que más debate puede generar, ya que, aunque desde luego es indispensable revisar la vida de determinadas figuras femeninas de la Historia, no es lo más riguroso hacerlo desdela fantasía. En el caso de la cinta que nos ocupa la directora se ha documentado mucho en unos aspectos y otros los imagina de talmodo que, sin una explicación paralela, pueden generar equívocos ya que nada tienen que ver con lo que ocurrió en la realidad.
Pero, sin duda, el mayor valor de la película es la encarnación que la actriz Vicky Krieps hace de Sissi, que le valió el premio a mejor interpretación del Festival de Cannes, dentro de la sección Un Certain Regard. Krieps construye un personaje atractivo al que dota de infinidad de matices y que deslumbra desde el comienzo hasta los hipnóticos títulos de crédito de estética videoclip era bailando al son del tema “Italy”, de Soap & Skin, cuya letra encaja a la perfección con la narración y llega a decir “libérame”. La actriz adecuada para protagonizar este retrato de la moderna emperatriz Elisabeth de Austria-Hungría atrapada en el anticuado imperio de los Habsburgo, que no es una desmitificación de su figura sino una actualización del mito que sigue generando esta misteriosa mujer.