El Museo Ruso de Málaga se reactiva de nuevo con arte y cultura rusa
La colección privada de la británica Jenny Green, una instalación de Ilya & Emilia Kabakov y las fotografías sobre arte ruso de José Manuel Ballester llenarán las salas del centro hasta el 5 de junio
El Museo Ruso de Málaga se reactiva de nuevo con arte y cultura rusa
08:01
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1670936297084/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Málaga
El conflicto bélico con Ucrania y las sanciones de Europa planteadas a Rusia, provocaron hace nueve meses que los fondos del Museo de Tabacalera tuvieran que regresar a San Petersburgo. Ahora el Ayuntamiento de Málaga reactiva el centro con una triple propuesta expositiva sobre arte y cultura rusa. Desde este martes tres exposiciones ocuparán las salas del centro hasta el próximo 5 de junio. La instalación ‘For Sale’ de Ilya & Emilia Kabakov, la colección privada de arte ruso de la empresaria británica Jenny Green y las obras de José Manuel Ballester, Premio Nacional de Fotografía, se unen a la ya inaugurada ‘Sputnik. La odisea del Soyuz 2’ para vincular de nuevo el espacio al arte ruso. Ya puedes escuchar al coordinador de esta muestra Mario Virgilio Montañez
La exposición ‘Arte ruso, una mirada inglesa. Una colección privada de pintura rusa’ presenta por primera vez al público la colección particular de Jenny Green, una empresaria radicada en Londres. Green ha reunido un grupo excepcional de pinturas y dibujos que reflejan el esplendor de la creación artística rusa de los siglos XIX y XX. El criterio de la propietaria deja fuera, por voluntad propia, el realismo socialista, basado en el adoctrinamiento, para apostar por los artistas más libres e imaginativos .Con 76 obras datadas entre 1876 y 1980, la muestra reúne nombres salientes del arte ruso como Venetsianov, Ivanov, Aivazovsky, Repìn, Serov, Bakst, Benois, Kandinsky, Serebriakova, Larionov, Goncharova, Chelischev o Essaian, testimoniando no solo la evolución del gusto en Rusia desde el Romanticismo hasta la agonía del régimen soviético, sino también el destino de sus artistas entre el arraigo y el exilio. A ello se suma el hecho de ser la primera vez que esta exquisita colección sale a la luz pública.
Los cuadros de Jenny Green son tan extravagantes y coloridos como su dueña. Su entusiasmo, energía y ojo para el glamour la ubicaron en el centro de la escena de la moda de Kings Road, en Londres, a fines de la década de 1960, en la que desempeñó un papel fundamental en la vida de la boutique Granny Takes a Trip, que vistió a famosas superestrellas del rock'n'roll. Apasionadamente dedicada a la estética en todas sus formas, Jenny eventualmente pasó de la ropa a la pintura rusa. La exposición presenta al público por primera vez obras maestras de la pintura rusa reunidas por Jenny Green y rastrea su desarrollo como coleccionista. Examina sus influencias e intenta responder a la pregunta: ¿qué tiene el arte ruso que entusiasmó tanto a una mujer inglesa en Londres en el siglo XXI?».
‘For Sale’ de Ilya & Emilia Kabakov
La instalación ‘For Sale’, propiedad de la Fundación “la Caixa”, fue realizada por el matrimonio ucraniano Ilya & Emilia Kabakov, residentes en Estados Unidos. Constituye un claro ejemplo del conceptualismo emocional y autobiográfico de estos artistas, que quieren transmitir al espectador la sensación de ausencia propiciada por el exilio que vivieron.
El visitante se adentrará en una habitación oscura de una vivienda relativamente pequeña donde hay una iluminación extraña y un interior fantasmal. Se trata de un salón antiguo con una cornisa dorada en la parte superior. A lo largo de las paredes cuelgan seis cuadros en marcos oscuros bajo vidrio. En el centro de la habitación hay muebles agrupados cubiertos del polvo por una gran manta blanca. Los habitantes de la habitación, como queda claro de inmediato, se han ido y todo el contenido está a la venta.
Toda la esencia de la instalación está en la iluminación. La habitación está inmersa en la oscuridad, pero la luz proveniente de la lámpara incide solo en una pintura que cuelga a la izquierda de la entrada. En él se representa un paisaje urbano fuertemente iluminado y que ayuda a dar seguridad y quitar desasosiego al visitante de la habitación, que puede sentirse tanto como un intruso en un espacio íntimo como un posible comprador de ese espacio puesto a la venta, on sale. En la penumbra de la habitación, el espectador también se ve a sí mismo, de pie en la habitación, y a los otros ‘visitantes’ y la pintura fuertemente iluminada. Las otras cinco pinturas a lo largo de las paredes ‘funcionan’ como espejos insuficientes, que ocultan tanto como nos desvelan. Este efecto misterioso ‘funciona’ de diferentes maneras dependiendo del enfoque del espectador hacia las otras pinturas: lo que emerge ante él es un mundo asombroso, un mundo ‘más allá del espejo’. El efecto de iluminación se ve exagerado aún más por la presencia de otra fuente de luz: una lámpara colocada sobre una mesa a la entrada.
Dentro de la instalación es posible que el espectador camine alrededor de los muebles colocados en el centro, sin saber bien qué hacer y sin poder sentarse en los divanes colocados especialmente teóricamente para buscar respuesta en ese paisaje bien iluminado, que se erige en pintura metafísica y en una promesa de profunda tranquilidad y concentración
‘Ausentes’
José Manuel Ballester, Premio Nacional de Fotografía, es conocido por sus series fotográficas en las que reinterpreta la historia del arte hurtándole los personajes a conocidas pinturas y dejando solo el espacio, el escenario en que éstas comparecían ante el espectador. Es un fotógrafo que actúa sobre el concepto de la ausencia, y ‘Ausentes’ se titula esta exposición en la Colección del Museo Ruso.
Esta vez, el concepto no se refiere a la inexistencia de personas en sus fotografías, en sus espacios silenciosos, sino también a la desaparición de las obras del museo matriz de San Petersburgo en las salas de lo que era su filial malagueña. La guerra en Ucrania hizo congelarse la colaboración entre Málaga y el Museo Ruso, y esa ausencia verdadera y tangible queda expresada por las obras de Ballester.
En la sección titulada ‘San Petersburgo 2016’ testimonia una visita realizada al Museo Estatal Ruso plasmando sus espacios visitables, su esplendor imperial de interiores suntuosos. Mientras, en ‘Mundo moderno’ se centra en las salas dedicadas a las vanguardias rusas, que fueron una presencia constante en la Tabacalera, sometiendo esta vez las imágenes a tratamientos que las difuminan y hacen irreales los espacios que a través de la luz se transfiguran. Las siguientes secciones, ‘Almacén de pintura’ y ‘Almacén de escultura’, acceden a los espacios ocultos del museo, aquellos en los que se conservan las obras no expuestas.
‘Variaciones a partir de Malévich’ acoge una serie de diseños del propio Ballester en los que indaga en los métodos de creación del suprematismo ruso a la vez que recuerdan al visitante la gran exposición de Malévich que acogió la Colección del Museo Ruso. Finalmente, fotografías de Ballester exhibidas en formato de pequeñas reproducciones enmarcadas servirán para subrayar la fragilidad de los empeños humanos cuando se enfrentan a imprevistos como la invasión de Ucrania, cuyas consecuencias se extienden al museo en Málaga.