En defensa del patrimonio común
Firma de opinión del sociólogo y ex parlamentario de Podemos, David Moscoso
En defensa del patrimonio común. David Moscoso
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Córdoba
“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar”. Con este extracto de la obra de Machado quiero alegar a la justicia poética. Porque justicia poética representa la defensa del bien común. Y bien común son los caminos y senderos públicos que se extienden a lo largo y ancho de Córdoba, alrededor de 23.000 kilómetros, según un estudio de la Universidad de Córdoba. Hablamos de vías pecuarias, de caminos forestales, de senderos históricos, de antiguos trazados de ferrocarril en desuso, algunos de ellos hoy transformados en vías verdes, en senderos deportivos, en rutas de salud o itinerarios turísticos.
No puede ser que los caminos históricos que unen nuestros pueblos, que hermanan a nuestras gentes, que nos vinculan a nuestra tierra, nuestra naturaleza y nuestra economía, hayan sido progresivamente abandonados, usurpados o alterados durante décadas, quien sabe si por la indiferencia o incapacidad de nuestras administraciones para defender ese patrimonio común que no hay que abandonar ni regalar, como no se abandonan ni se regalan nuestras calles, nuestros colegios, nuestros hospitales o nuestros parques. Porque ese es el caso del conocido tramo del Camino del Bañuelo, y por desgracia de otros miles de caminos y senderos de Córdoba, que representan una parte de nuestro pasado y nuestro presente, pero también de nuestro futuro, escenificado hoy por un amplio interés social y turístico.
Ha tenido que ser la sociedad civil organizada, una vez más, colectivos como A Desalambrar y activistas como Manuel Trujillo, quienes nos hayan tenido que sensibilizar por la defensa de este patrimonio colectivo al que nunca hemos de renunciar, porque pertenecía a nuestros padres y abuelos, porque nos pertenece a nosotros, porque es un bien para el disfrute de nuestros hijos y nietos.