Ellas no denunciaron; nosotros, tampoco

Sevilla

Diciembre de 2022 ha sido el mes más trágico en violencia de género en España en dos décadas y el arranque de 2023 es funesto. La pasada madrugada dos mujeres fueron asesinadas por sus parejas. Una mujer de 46 años, madre de dos hijos, ha muerto a tiros en la provincia de Cádiz y una joven de 24 ha perdido la vida apuñalada en Ciudad Real. En Almería, una tercera víctima ha sido estrangulada tras mantener relaciones sexuales con el que resultó ser su verdugo. Dos de los agresores eran parejas estables de las víctimas. Ellas no denunciaron. Su entorno y la ciudadanía, tampoco.

Podemos mejorar el sistema Viogen, incrementar efectivos policiales o reforzar la vigilancia a las víctimas, pero no habrá esperanza alguna en la erradicación de esta violencia mientras la sociedad no perciba esta lacra como riesgo y amenaza global.

¿Quién no llama a la Policía si presencia un atraco? ¿Quién no alerta a la Guardia Civil ante un conductor temerario? ¿Quién no avisa a Emergencias si ve un herido? ¿Quién no advierte a las fuerzas de seguridad por una mera sospecha de rapto? En todos estos casos nos sentimos interpelados y obligados a reaccionar. Sin embargo, ni el 4% de las denuncias por violencia machista las presentan familiares o terceros.

En España 723 mujeres se encuentran hoy en riesgo alto o extremo de sufrir una agresión machista; hay más de 31.000 en vigilancia; y matan a más de una mujer al mes. ¿Nadie ve nada? ¿Nadie oye nada? ¿Nadie sabe nada? ¿A nadie le cuentan nada? La violencia de género es también nuestro fracaso como sociedad.