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Salud y bienestar

“Erradicar “a la primera” el Helicobacter Pylori es la mejor arma para evitar resistencias a los antibióticos”

El doctor Blas José Gómez, digestivo del Hospital Quironsalud Sagrado Corazón, avisa de que es una bacteria que tenemos el 40% de los españoles, pudiendo acarrear enfermedades que van desde la dispepsia hasta la gastritis crónica e incluso el cáncer en casos extremos

Doctor Blas José Gómez, digestivo del Quirón Sagrado Corazón

Doctor Blas José Gómez, digestivo del Quirón Sagrado Corazón

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Sevilla

Doctor Blas José Gómez, digestivo del Hospital Quironsalud Sagrado Corazón y coordinador regional en Andalucía del Registro Europeo de la Infección por Helicobacter Pylori, ha visitado los estudios de Radio Sevilla para hablarnos de una de las infecciones más prevalente de la especie humana, estimándose que afecta aproximadamente al 50% de la población mundial. “Es un problema, -ha contado-, muy importante de salud pública: el Helicobacter Pylori”. Y abunda en que “una persona con H. Pylori es un foco de infección para tu entorno y está predispuesto a determinadas enfermedades (algunas serias), por lo que es importante su curación”.

H. Pylori es una bacteria que infecta el estómago y coloniza la pared gástrica, consiguiendo permanecer años en este medio ácido. La transmisión se realiza de persona a persona, sobre todo, convivientes o familiares más cercanos. Las vías de contagio más comunes son la fecal-oral (fundamentalmente agua y alimentos contaminados). Más rara es la vía directa oral-oral, aunque podría permanecer en la saliva o en la placa dental (accediendo desde el estómago por vómitos o reflujo). La mala noticia, nos dice el doctor Gómez, es que “no existe una vacuna eficaz que corte la cadena de transmisión descrita”

En la mayoría de los pacientes la infección es asintomática y permanece durante años, aunque hay algunos que comienzan con síntomas de mala digestión: pesadez después de las comidas, estar saciado precozmente durante las comidas, eructación, hinchazón, malestar o dolor en la parte alta del abdomen y otros síntomas acompañantes como sensación de acidez y nauseas. Es lo que se conoce con el término de “dispepsia”. Este tipo de pacientes suelen acudir al médico.

Esta bacteria provoca diferentes enfermedades, como la ya descrita dispepsia. “También la úlcera gastroduodenal y sus complicaciones (hemorragia o perforación), las duodenales y las gástricas. Otras patologías que se produces son la gastritis crónica superficial, la atrófica y el cáncer gástrico”, advierte el doctor.

Para saber si tenemos la bacteria, hay dos tipos de pruebas: invasivas, donde se precisa una endoscopia oral y las no invasivas, aunque siempre el paciente deberá acudir sin haber tomado antibióticos dos semanas antes y omeprazol o sus derivados cuatro semanas antes: “Así evitamos falsos negativos de los test”.

Para tratar la infección, sigue contando el doctor Blas Gómez, hay que utilizar un tratamiento ‘erradicador’ con omeprazol y antibiótico, que “algunas veces no funcionan” porque “el H. Pylori es un patógeno con altas tasas de resistencia a algunos antibióticos que se usan de forma cotidiana para otras infecciones, por lo que hay que escoger bien los tratamientos a usar en cada paciente”.

“Es fundamental, por lo tanto, recomienda el digestivo del Hospital Quironsalud Sagrado Corazón, realizar un cumplimiento estricto y completo de los tratamientos erradicadores prescritos por su médico, tomando todos los comprimidos; sabiendo que pueden acontecer algunos efectos secundarios como la diarrea, distensión o malestar abdominal, cansancio (que suelen ser pasajeros la mayoría de las veces sin parar el tratamiento) y pueden mitigarse usando de forma paralela probióticos”.

Hay, por lo tanto, que cumplir el tratamiento completo y acudir a la prueba de comprobación de su eficacia. Por otro lado, la alimentación por sí misma, no elimina la bacteria, sólo mejora los cuadros de dispepsia de forma general y consiste en evitar comidas copiosas, grasientas o que el paciente no tolere bien; así como otras medidas como no fumar (favorece las úlceras gastroduodenales), consumo moderado de alcohol y cafeína.

 
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