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La trashumancia y el Puente Mocho, una relación de siglos

Acompañamos a 'Los Carlillos' y sus más de 2.500 ovejas en el viaje que llevan a cabo todos los años desde la aldea de La Matea y que termina en Arquillos

Reportaje - La trashumancia y el Puente Mocho, una relación de siglos

Jaén

Los animales no entienden de días festivos ni de fines de semana, así es el oficio de pastor, una de las profesiones más antiguas de la Humanidad y también, una de las más duras. El campo impone su severidad tanto en invierno como en primavera y testigo de ello son 'Los Carlillos', tres pastores trashumantes que llevan unos 45 años recorriendo, con sus más de 2.300 ovejas y unas 50 cabras, los aproximadamente 115 kilómetros que separan la aldea de La Matea y Arquillos. Dos poblaciones jienenses que se convierten en salida y meta de un viaje que dura cinco días y en el que pasan por el mítico Puente Mocho, histórico punto de unión entre la Sierra de Segura y la Comarca del Condado.

Radio Jaén se suma a una etapa de este particular viaje en un frío amanecer de un domingo de diciembre en el que, afortunadamente, está lloviendo. Llegamos a la zona del Cornicabral, en Beas de Segura, donde la Junta de Andalucía ha construido un cercado en el que descansa el rebaño junto a los perros mastines para evitar los posibles ataques de zorros. Nos reciben con una mesa plegable en la que han preparado un desayuno junto a un pequeño fuego con el fin de prepararse para recorrer 23,5 kilómetros pasando por Chiclana de Segura, Castellar, Santisteban del Puerto y Navas de San Juan para terminar en la población arquillera.

Los Carlillos preparan el desayuno antes de iniciar el camino hasta Arquillos.

Los Carlillos preparan el desayuno antes de iniciar el camino hasta Arquillos. / Radio Jaén

Poco antes de las seis y media de la mañana, uno de los hermanos, Daniel García, abre las puertas para que empiecen a salir los animales. El sonido de los cencerros, cascabeles y campanillas que llevan rompe el silencio que a esas hora de la mañana hay en el campo jienense. Explica que desde joven se dedica a la ganadería, "lo tenía mi padre y sigo con la tradición del ganado", todo ello mientras vigila que no se quede ninguna oveja dentro del vallado.

Con él repasamos el duro momento que vive la agricultura y la ganadería debido a la sequía que afecta a nuestra tierra así como a los elevados precios que tienen los cereales y otra serie de productos que utilizan y sentencia insistiendo en que "años como éste, espero que vengan pocos". También recordamos cómo han cambiado las cosas cuando hace años llevaban "un mulo o un caballo y cuando empezaba a llover, te tenías que levantar, liar las mantas y taparlas porque se mojaban". Entonces, no quedaba otra que quedarse al lado de la lumbre "y así pasabas la noche". Por su parte, su hermano Domingo explica que ahora "llevamos un coche y un remolque para poder llevar el hato y las tiendas de campaña para dormir, lo que nos resguarda de la lluvia".

Ellos son el vivo ejemplo de un oficio que está en regresión en la provincia. Actualmente hay unas 43.700 cabezas de ganado ovino, caprino y bovino trashumantes de las que el 92% son ovejas y carneros. Al frente están 82 pastores que gestionan otras tantas ganaderías. A nivel general, la cabaña ganadera de ovejas llega a las 200.900 animales repartidos entre 1.600 explotaciones según los datos que aporta la Junta de Andalucía

De Holanda a Jaén

La trashumancia concita el interés de personas de origen bien diferente. Son muchos los estudiantes de Veterinaria que les han acompañado en varios de sus viajes pero en éste cuentan con Marisa Mars, una holandesa que dejo su tranquila vida en los Países Bajos. Con su español recién aprendido señala que dejó su trabajo porque "quería trabajar con manos y con animales, estoy buscando nuevas experiencias y quiero aprender como se hace el trabajo pastoril en otros países".

Mars lleva poco más de un lustro en España y gran parte de su estancia en nuestro país ha sido en territorio jienense. Antes de conocer a nuestros protagonistas estuvo en la Sierra de Cazorla con otro pastor. Poco después conoció a los Carlillos y fue cuando decidió sumarse a esta tradición, una tradición que define como "una experiencia para no olvidar".

La trashumancia en el Puente Mochoe

Con Mars llegamos al Puente Mocho, un paso que fue objeto de una controvertida reforma hace unos años ya que "dejaron una parte sin arreglar o medio arreglado" tal y como incide Mariano Ojeda, miembro de una plataforma que pide al arreglo integral de este punto. Asevera que hay "una parte que se va estrechando, una parte en la que el pavimento se levanta y todavía más con el paso del ganado" lo que conlleva peligro ya que los animales "se pueden romper las patas", un peligro que se extiende también a las personas.

La importancia de los perros

Si la trashumancia tiene una historia de siglos, la relación del ser humano con los perros tiene más de 10.000 años. Los canes se convierten en una extensión de los pastores ya que son claves para que todo vaya bien. Con los Carlillos van ocho perros, cuatro careas y cuatro mastines, cada uno con su función y cometido. En este sentido "el carea nos ayuda controlando a las ovejas y el mastín las cuida frente a los zorros", asegura Domingo.

Desafortunadamente la vida de los perros es mucho más breve que la de los seres humanos. Cuando se van haciendo mayores, sus paseos son más breves y van en los remolques y cuando ya no pueden, se quedan en La Matea a la espera de que sus compañeros humanos, las personas en las que confían ciegamente, vuelvan a casa.

Con uno de los mastines cerrando el rebaño sobre el puente termina nuestra visita a Los Carlillos. Las ovejas ya han pasado y el puente se queda, las espera para cuando regresen a Santiago Pontones en mayo repitiendo así una tradición milenaria que se conserva en la provincia de Jaén, un privilegio del paraíso interior.

César García

Licenciado en Periodismo. Comenzó a trabajar...