El diagnóstico precoz, clave para para el éxito de los tratamientos contra la reumatología infantil

Sevilla

La reumatología infantil es la subespecialidad pediátrica que se ocupa de los pacientes con edades comprendidas entre los 0 y 18 años con patología inflamatoria articular aguda y crónica. Se diferencia de la de adultos, fundamentalmente, en que los niños presentan características propias en cuanto a los síntomas, el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico. Los niños están en constante crecimiento y maduración, por lo que requieren un abordaje específico para tratar estas enfermedades, como las conectivopatías (enfermedades que afectan al tejido conectivo), vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), dolores y/o infecciones osteoarticulares, enfermedades autoinflamatorias y más específicamente la artritis idiopática juvenil, la enfermedad reumatológica crónica más frecuente en la infancia.

La atención integral e individualizada es, por tanto, la mejor manera de actuar ante un lactante, niño o adolescente con una enfermedad reumatológica. María José Lirola, pediatra del Hospital Quirónsalud Materno-Infantil de Sevilla añade que “disponemos de un arsenal terapéutico muy amplio que permite que muchos de nuestros pacientes hagan vida normal, sobre todo cuando se tratan al inicio de la enfermedad”.

El conocimiento de estas enfermedades por parte de los médicos que atienden a la población infantil y adolescente es importante por las consecuencias que pueden tener para estos pacientes. La doctora Lirola señala que los pediatras tienen un papel fundamental en el diagnóstico precoz de estas enfermedades, que en muchas ocasiones son difícilmente detectables cuando se tratan de niños de muy corta edad. Saber identificar bien estas patologías es más importante, si cabe, en casos concretos, ya que existen algunas enfermedades autoinmunes/autoinflamatorias que producen afectación sistémica, es decir, que pueden dañar a cualquier órgano y sistema y que pueden ser muy graves.

Para saber identificar si nuestro hijo puede tener una enfermedad reumática, hay que atender a las primeras señales de alerta, que se manifiestan como dolor o tumefacción articular. Otros síntomas asociados que pueden aparecer son fiebre prolongada, sarpullido u otras lesiones cutáneas, cansancio, debilidad muscular o incluso pérdida de apetito.