El FeMÀS celebra su tercera semana
El Festival de Música antigua homenajea a un Manuel de Falla centenario en uno de sus conciertos más especiales
Manuel de Falla sentado, hojeando una partitura, en su casa de la Antequeruela. Granada, 1928. / ROGELIO ROBLES
sevilla
El Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS) continúa esta semana con sus actividades y conciertos, que llegarán a su fin el próximo 2 de abril, Domingo de Ramos. Antes de esa ocasión de sabor especial por tan señalado aniversario, el festival ofrecerá estos días argumentos de peso para celebrar el paso del ecuador de su cuadragésima edición.
La tercera semana en el FeMÀS comenzará con el sello de calidad y rigor de una formación tan acreditada como la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS), sin cuyo decisivo impulso no se entendería la extraordinaria pujanza de la música antigua en Sevilla y en el resto de nuestro país. En esta nueva cita con el festival, la OBS presentará este miércoles 22 en el Espacio Turina (20:00 horas) un programa titulado “Las bodas de Cadmo y Harmonía”. El director británico Jonathan Cohen conducirá en esta ocasión a la formación, que brindará a los espectadores un completo recorrido por cuatro de las más cautivadoras sensibilidades orquestales representantes de la madurez del Barroco, representadas por las obras de otros tantos maestros: Jan Dismas Zelenka, Johann Sebastian Bach, Jean Philippe Rameau y Georg Friedrich Haendel.
Otro conjunto sevillano protagonizará, por su parte, uno de los hitos más especiales y esperados de la presente edición, un concierto que cuenta también con la participación del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), coproductor del mismo junto al FeMÀS. Se trata de la interpretación por parte de la Orquesta Bética de Cámara de “El retablo de maese Pedro”, un obra crucial en la producción de Manuel de Falla de cuyo estreno –precisamente en Sevilla, en el antiguo teatro de San Fernando– se cumple ahora un siglo. Con la ayuda de Eduardo Torres, maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, el propio Falla se encargó entonces de reunir a los músicos que darían vida a su partitura, una obra concebida inicialmente para teatro de títeres y basada en un episodio de la segunda parte de El Quijote, y que marcó un nuevo ciclo en el trabajo del compositor gaditano. Dejando atrás los rasgos andalucistas de su música, el maestro español se lanzó a explorar una senda nueva, basada en lo que él mismo llamó “la sustancia de la vieja música española”, marcando un camino propio en el marco de los neoclasicismos europeos, con una personalidad singular, paralela pero diferente a la de otros grandes compositores como Stravinsky, Hindemith o Bartók.
Se da la circunstancia, además, de que la Orquesta Bética de Cámara fue creada en 1924 por el propio Falla junto con aquel grupo de músicos cómplices, de modo que, aunque no exactamente su centenario, la formación sevillana celebrará con este concierto –este viernes 24 en el Espacio Turina, 20:00 horas– el primer siglo del impulso que acabaría cuajando en su fundación oficial. El programa del concierto incluye además el estreno absoluto de una obra compuesta ex profeso por Alberto Carretero, en la que el compositor sevillano contextualiza y realza todo lo que de moderno hubo en aquella iniciativa de Manuel de Falla.
Como complemento de este concierto, la jornada previa a la actuación de la Bética, el jueves 23 de marzo a las 18:00 horas (acceso libre hasta completar aforo), la sala Juan de Mairena del Espacio Turina acogerá un coloquio en el que participarán Alfredo Aracil, compositor y coordinador de los proyectos de conmemoración del centenario de “El retablo de maese Pedro”, junto con los musicólogos Jorge de Persia y Paolo Pinamonti y el anteriormente mencionado Alberto Carretero.
El capítulo de actuaciones internacionales de la semana lo abrirá el conjunto portugués Ludovice Ensemble este miércoles 23 en el Espacio Turina (20:00 horas). Al interés musical de su programa, titulado “À l’Espagnole”, se unirá el histórico, pues en él se recogen piezas de fina melancolía y gran refinamiento de Couperin, Boësset, Lully o Charpentier, entre otros compositores, todos ellos franceses aunque bajo el claro influjo de la música española. No en vano, el concierto constituirá un sensorial viaje al corazón de aquella larga época del siglo XVIII en la que, tras el ascenso al trono en nuestro país de Felipe V, nieto del Rey Sol, el monarca galo Luis XIV, la corte parisina promovió una visión idealizada de la música y la cultura de la España del Seiscientos y el Setecientos que hizo fortuna y se convirtió en moda y signo de distinción en el país vecino.
Margret Koell, la otra artista internacional presente esta semana, abrirá por su parte el sábado 25 en la iglesia de San Luis (12:00 horas) el FeMÀS matiné. Será una inmejorable ocasión para disfrutar de la faceta más personal e íntima de una de las arpistas más solicitadas por los grupos especializados en música barroca del panorama europeo. En su visita a Sevilla, Koell presentará un programa integrado por las composiciones que se incluyen en su extraordinaria grabación “Silent Dance”, en la que la integrada arregló para arpa triple obras de John Dowland y Henry Purcell, dos de los más eximios músicos británicos de todos los tiempos. El concierto se completará con una pieza contemporánea de José María Sánchez-Verdú, estreno absoluto en España.
También en San Luis, el domingo 26 (12:00 horas), comparecerán Rafael Ruibérriz de Torres & Cristina Bayón & Isabel Gómez-Serranillos & Santiago Sampedro, en su caso para estrenar en primicia “Las sonatas sevillanas de Luis Misón y dos de sus tonadillas”, una importante recuperación histórica, fruto del hallazgo de una serie de manuscritos musicales conservados en la sevillana Cala Palacio de la Condesa de Lebrija. Con el respaldo del CNDM, que coproduce este concierto, los músicos recrearán las piezas contenidas en dichos documentos, cinco composiciones –sonatas– para flauta travesera y bajo hasta ahora desconocidas de Luis Misón (Mataró, 1727–Madrid, 1766), virtuoso flautista y compositor que desarrolló trabajó durante el reinado de Fernando VI, periodo durante el que se produjo un notable florecimiento musical en el país. El descubrimiento de estas piezas supone un hito, ya que no abunda en la música de cámara española del siglo XVIII la música escrita para flauta, el instrumento que claramente protagoniza estos valiosos manuscritos que ahora emergen a la luz tras aguardar en silencio durante siglos.
Completan la agenda de actuaciones de esta semana dos conjuntos españoles. El primero en actuar será Concerto 1700, el sábado 25 (20:00 horas), con un programa consagrado íntegramente al “Oratorio de San Miguel”, la obra más temprana que se le conoce a Francisco Hernández Illana (c. 1700–1780), quien fuese maestro de capilla de la Catedral de Astorga y compositor cuyo trabajo, incluido este raro Oratorio que se podrá escuchar en el marco del FeMÀS en coproducción con el CNDM, viene suscitando un gran interés de los investigadores en los últimos tiempos.
A Conductus Ensemble le llegará el turno el domingo 26 (20:00 horas), y lo aprovechará para recrear una obra de gran interés tanto musical como histórico, “La Pasión según San Marcos” de Reinhard Keiser. El de Keiser es uno de esos casos, no escasos en la Historia de la música, de artistas eclipsados por la caprichosa coincidencia en su tiempo con un genio universal y apabullante, llamado en este caso Johann Sebastian Bach. Y pese a ello, la contribución de Keiser al género de la Pasión fue sin duda valiosa. Algunas buenas pruebas de ello las aporta el propio Bach, quien dirigió en hasta tres ocasiones esta obra de Keiser y posteriormente copió y conservó la partitura, uno de los motivos que ha permitido que esta singular “Pasión según San Marcos”, llena de emotividad y dramatismo, haya pervivido hasta nuestros días, pues el manuscrito original de Keiser se perdió.
El ciclo ‘FeMÀS en las calles’ llega a Triana y Bellavista
Carmina Terrarum estará en sábado 25 en Triana (calle Peñaflor, 12:00h) y el domingo 26 en Bellavista (Plaza de los Andes, 13:00h) con su programa “El corazón del cancionero”, conformado por piezas llegadas desde los últimos compases de la Edad Media y a mitad de camino entre la suntuosidad de la corte y la algarabía de la calle, obras anónimas en la mayoría de los casos, aunque también habrá algunas composiciones de autores como Juan del Encina o Francisco Guerrero y piezas de las tradiciones populares francesa y portuguesa que servirán para contextualizar el repertorio del siglo XVI que abordará Carmina Terrarum.
