A propósito de los sherrycasks

Jerez de la Frontera

Tras la ruinosa crisis bodeguera de los ochenta, hace ya bastantes años que la principal industria del marco de Jerez va recuperándose de los estragos de aquella catástrofe. Sobre la base del prestigio de nuestros vinos, a este renacimiento han contribuido, por citar solo tres hechos, las decisivas denominaciones de VOS y VORS, la conversión de pequeñas bodegas almacenistas en embotelladoras de sus magníficas soleras y el empeño de bodegueros innovadores en la obtención de vinos excelentes.

En los últimos tiempos, el sector se ha abierto a las alianzas con poderosas empresas extranjeras. Es el caso de los recientes y respectivos acuerdos firmados entre dos bodegas jerezanas y dos de las más reputadas destilerías escocesas de whisky de malta, cuya millonaria inversión financiera es un hito histórico en el marco. La maduración y envejecimiento del preciado whisky se hará íntegramente aquí en botas envinadas jerezanas (en inglés, sherrycasks), para lo cual se necesitarán nuevos cascos de bodega y otros recursos que supondrán un revulsivo más en la revitalización del sector.

Todo lo contrario de aquella desgraciada compra y reventa de la afamada Domecq a manos de despiadadas multinacionales que terminaron por hundir la bodega porque no les interesaba el vino en absoluto, sino solamente la cadena de distribución para sus nefastos licores.

Coinciden estos días otras dos iniciativas empresariales significativas para Jerez, como son el centro logístico que construirá una de las mayores empresas de tapones a nivel nacional y la futura ampliación de una de nuestras bodegas más señeras.

Bienvenidos sean todos estos proyectos que contribuyen a la consolidación de la economía de nuestra ciudad y su comarca favoreciendo la creación de puestos de trabajo, que tanta falta nos hacen.