¿Dónde estábamos el 25 de abril de 1998?

Sevilla

De los sábados que no se olvidan. La tarde que se rompió la balsa de la mina de Aznacóllar nos sorprendió en la redacción. Había pasado la Semana Santa, la ciudad disfrutaba de la primera edición de la Feria del Toro en Fibes, se preparaba para una nueva fiesta mayor y de pronto... se produjo la catástrofe que nos daría para hablar y escribir durante nada menos que 25 años.

No sólo afectó a Aznalcóllar. En poco tiempo percibimos que aquello no sería una desgracia de ámbito local. Lodos, animales muertos, una tragedia económica, cinco mil puestos de trabajo perdidos, pleitos, un rosario de promesas políticas...

Necesitamos la reapertura de la mina, fuente generadora de riqueza. El retorno de la actividad será el mejor regalo de esta primavera, garantizará la prosperidad del municipio, asegurará el mantenimiento de la población y el más que probable regreso de muchos trabajadores a su tierra.

No se entiende Aznalcóllar sin la mina. No se entiende Andalucía sin esta fuente generadora de empleo estable. Bienvenida sea la reapertura para nuestra tierra y para nuestra economía, que no puede ni debe basarse en el turismo y el sector servicios. Con la mina de Aznalcóllar en funcionamiento seremos más fuertes.