Jaén

El trabajo reciente de un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén ha permitido establecer a través de una serie de hallazgos arqueológicos el lugar más o menos exacto en el que se ubicaron los campamentos de los ejércitos de una de las batallas más importantes de la Reconquista, la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212. Además, se han conocido más datos de la organización funcional que se establecía en su interior gracias a un proyecto del que se están dando más detalles este martes en una conferencia en el Museo Arqueológico Nacional.

En concreto, según la profesora de Historia Medieval de la UJA, Irene Montilla, se han registrado casi 3.000 piezas muy relevantes que se han agrupado en categorías como: puntas de flecha, clavos de herradura, arreos de caballería, elementos de indumentaria y monedas. Así, según la investigadora, con la ubicación precisa de estos elementos en el espacio se puede ir más allá del propio objeto, "a través del análisis de las interrelaciones que se producen entre los mismos, lo que posibilita el establecimiento de, por ejemplo, los lugares en los que se ubicaron los campamentos de los ejércitos y la organización funcional que se estableció en su interior: zonas para el herraje de las caballerías, espacios destinados a las tiendas de campaña, etcétera".

Además, Montilla explica que los detalles de esta investigación parten del diseño de un sistema de prospección arqueológica superficial, fundamentada en la georreferenciación precisa de cada uno de los elementos documentados, siguiendo los casos paradigmáticos de Baecula o Iliturgi, también en la provincia de Jaén.

"Castillo de unas dimensiones considerables"

En las investigaciones se han realizado también excavaciones arqueológicas que se han centrado en la fortificación de Castro Ferral, una pieza clave en la articulación de la batalla. "Estos trabajos están demostrando que no se trataba solo de una torre de control y vigilancia del paso entre la Meseta y Andalucía, como se había considerado hasta el momento, sino de un verdadero castillo de unas dimensiones considerables. Además, se han descubierto varias líneas de muralla superpuestas, que muestran una historia mucho más compleja de lo previsto con anterioridad", añade Irene Montilla.

Los detalles se enmarcan en el proyecto de investigación 'Patrimonio Histórico, Naturaleza y Turismo en el Parque Natural de Despeñaperros: análisis arqueológico del campo de batalla de las Navas de Tolosa: escenarios, rutas, materiales y paisaje natural', que lidera la UJA y que está financiado por la Junta de Andalucía y la Unión Europea.

Recuerda la Universidad de Jaén que la batalla de las Navas de Tolosa se produjo el 16 de julio de 1212, en el actual municipio de Santa Elena, en una zona que se encuentra dentro del Parque Natural Despeñaperros. La contienda se planteó como un enfrentamiento entre la Cristiandad y el Islam por los dos bandos combatientes. Por una parte, el cristiano, comandado por el rey castellano Alfonso VIII, consiguió la bula de cruzada por parte del papa, lo que incitó a aliarse a los reyes de Aragón y Navarra, a un importante número de caballeros procedentes de otros reinos de Europa (Italia, Francia, Inglaterra, etcétera), a las órdenes militares de Calatrava y Santiago (entre otras), así como a las milicias urbanas de todo el territorio peninsular cristiano. A este contingente se enfrentó el dirigido por el califa almohade, Muhammad al-Nasir (llamado Miramamolín en las fuentes escritas) que agrupaba al propio ejército norteafricano, junto a tropas andalusíes, tribus árabes, jinetes turcos (kurdos) y mercenarios cristianos. En ambos casos, se unieron un importante número de voluntarios, llamados a la guerra santa. La confluencia de gentes de muy diversa procedencia en un mismo lugar, representa una oportunidad única de abordar el estudio de estas sociedades.