Los niños de Turki en Primera

El Almería de Turki, desde su llegada en agosto de 2019, hizo que la ilusión volviera a ser muy grande entre los aficionados del equipo rojiblanco con el gran objetivo del ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. El ministro saudí hizo que el Estadio de los Juegos Mediterráneos volviera a vivir grandes tardes de fútbol con un Almería que solo tenía como reto el de dar el salto a la Liga de las Estrellas, otra cosa no valía. El nuevo Almería, con Turki al mando de las operaciones, provocó que la afición despertara para ir a Primera División lo antes posible.

Hubo que esperar para tocar el cielo del fútbol y colocar de nuevo a la ciudad y al club rojiblanco en el mapa del fútbol español. Mayores y pequeños están disfrutando de las estrellas de la Primera División en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde muchos niños y muchas niñas están viendo por primera vez la máxima categoría del fútbol nacional. Cada partido en casa se ven más niños y más niñas con sus bufandas y sus camisetas en las gradas del recinto deportivo de la Vega de Acá.

Ellos y ellas son los niños y las niñas de Turki, un presidente que, desde Riad, está viendo una nueva generación,  que es el futuro de la afición del Almería.

El futuro

Un buen ejemplo de esos pequeños son Mateo y Leo, dos pequeños aficionados del Almería que cumplieron su sueño de conocer los estudios de la Cadena SER para ver cómo es el Carrusel Deportivo por dentro.

Mateo tiene solo tres añitos y Leo siete. Llegaron con su abuelito Macua y su mamá Natalia para conocer la redacción de LA VOZ de Almería y la Cadena SER. Mateo y Leo tienen un abuelo muy futbolero, gran seguidor del Almería, un hombre de fútbol de toda la vida, un Maestro en casa para que estos dos pequeños sean dos grandes aficionados en el Almería del futuro.

Estamos ante una generación que con el paso del tiempo serán los abonados del Almería, aquella generación que se fue creciendo con Turki de presidente en el club rojiblanco, una entidad que tiene como sueño seguir creciendo en el mundo del fútbol, el mismo sueño  que tienen los pequeños de la grada del Estadio Mediterráneo, como, por ejemplo Leo y Mateo.