La virgen de Doñana
Firma de opinión del periodista cordobés en Berlín, Julio Canto
La virgen de Doñana. Julio Canto
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Córdoba
Es un video más, ni mejor, ni peor, que muchos de los que se producen en la televisión de entretenimiento cada día. Hay guasa sobre un símbolo religioso, que alguien puede considerar de mal gusto. La cosa tiene poca gracia, la verdad, pero no se aprecia ningún intento de ofensa hacia Andalucía. En primer lugar, porque lo que alguien quiere asociar con Andalucía es un símbolo religioso y, como tal es universal en la religión que le rinde culto. La virgen del Rocío tiene devotos en toda España y en muchas partes del mundo. También en Cataluña, de donde salió la broma. Así que imagino que allí también se pudo ofender alguien. Además, no es un símbolo de identificación territorial; no es la blanquiverde, ni las columnas de Hércules.
Es fácil sacar siempre la cantinela de Cataluña burlándose de Andalucía, si nos olvidamos de los innumerables chistes que se suelen hacer en el sur sobre la estereotípica tacañería catalana o sobre la nasalidad de su acento. Y sí, muchos de esos chistes se han hecho también en la televisión pública de los andaluces. Así que no hay agravio, y sí reciprocidad.
Lo que yo intuyo es un enorme complejo de inferioridad encabezado por el presidente Moreno Bonilla. Hay una norma no escrita del humor que dice que éste tiene que ir siempre de abajo hacia arriba y entiendo que, si Moreno Bonilla se siente tan molesto es porque, además de confundir la velocidad de la religión con el tocino de la identidad, ve a Cataluña arriba y Andalucía abajo. España es un país libre y aconfesional en el que sus ciudadanos conviven con libertad religiosa y con libertad de expresión. Ningún político debería tomarse ninguna de ellas como símbolo identitario. Son de todos. Igual que de todos es Doñana, por cierto, que a Moreno Bonilla parece interesarle menos que la virgen que allí habita.