Manuel Liñán: "Cuando era pequeño tenía miedo de bailar fuera de mi habitación"

Granada

Hombres enfundados en batas de cola y taconeando libres. Expresándose, sintiendo con los ojos cerrados y emocionando al público de decenas de teatros. Es la última producción del bailaor y coreógrafo granadino Manuel Liñán -Premio Nacional de Danza en 2017-, que homenajea de alguna forma a todos aquellos niños que un día se escondieron del mundo y crearon el suyo propio para ser felices.

"Siempre lo he querido hacer. Este espectáculo me ha llevado a reflexionar", dice sobre 'Viva'. En la entrevista, Manuel Liñán nos descubre su parte más íntima, sentimientos y reflexiones que dibujan un artista sereno, en paz consigo y en plenitud. Añade sobre el espectáculo 'Viva' que supone una forma de homenaje a la libertad, y conecta con su yo de 14 años, "y creo que se sentiría muy orgulloso de mí porque a mí me hubiese gustado hacerlo con esa edad".

Liñán nos habla de la habitación de su casa de El Realejo donde todo comenzó, donde creaba su universo de libertad y expresividad, ayudándose primero de una pesada mesa que aseguraba la puerta. "Donde ese niño era auténtica era cuando llegaba a su casa y se metía en una habitación pequeñita. Allí me ponía los vestidos de mi madre, escuchaba música y en la cabeza me colocaba un pantalón de pijama y sentía que tenía el pelo largo", relata y recuerda el bailarín muy emocionado. Cuando lo intentaba hacer fuera "era motivo de burla y era discriminado".

En la cumbre de su carrera, con absoluto reconocimiento de crítica y público, con más de dos décadas de trayectoria y ahora al frente de su propia compañía, Manuel Liñán disfruta el momento y planea nuevos proyectos profesionales. También habla de Granada, del talento inagotable que brota de esta tierra que es la suya.