Herencias del pasado, mediocridad presente

Jerez de la Frontera

Nunca me gustó aquel político que continuamente hace del pasado una coraza para enmascarar su incapacidad. Esa palabra, el pasado, es utilizada por muchos, de diferentes opciones y siempre, siempre como excusa.

En Andalucía ya me empieza a cansar cuando su gobierno con su Presidente a la cabeza hace uso del pasado para armar su relato y discurso político. Así parece que ya va siendo hora que sea más responsabilidad del presente que del pasado las insoportables listas de espera en la sanidad, (de las mayores y de los peores servicios sanitarios del Estado), la situación absolutamente insostenible de la atención primaria, con la novedad eso sí de la más rabiosa actualidad de una cita a 15 días vista con tu médico, también parece deseable que sea ya del presente y no una herencia del pasado el mantenimiento de las elevadas ratios de alumnos y alumnas en las aulas de la escuela pública andaluza, o que sea de una rabiosa actualidad y no una herencia del pasado que seamos de las Comunidades Autónomas con un porcentaje de mayor población en riesgo de exclusión, o que seamos la Comunidad dónde más tarde se emancipan nuestros jóvenes. Parece que ya va siendo hora de dejar que sean cuestiones heredadas del pasado.

Y del presente, y quizás sin futuro, Doñana… ¿También es una cuestión del pasado?, ¿un problema heredado?. Probablemente otros también habrán mirado a otro lado durante años de deterioro de nuestra joya medioambiental, pero, y el futuro, ¿cuál es el futuro que el Gobierno Andaluz pretende para Doñana?. Pues parece que tendrá de todo menos futuro. Eso es lo que le espera a Doñana con iniciativas legislativas como las del Presidente Moreno Bonilla del PP, en plena situación de sequía, con el apoyo de los negacionistas medioambientales de extrema derecha de Vox, absolutamente irresponsables y rechazadas, por científicos, la Unión Europea y Gobierno Central. Y todo por un puñado de engañados votos.

Es lo que tienen las mayorías absolutas, que se creen infalibles. Que se las pregunten a las socialistas. Parece que vivamos un “déjà vu”. Mucha propaganda, omnipresencia presidencial con una pátina de falso barniz andalucista. Pero cuidado, siempre se acaban las lunas de miel. Lo que no parece que acabe es la mediocridad de nuestros dirigentes. Salud.