El torero José Antonio Morante de la Puebla ha paralizado la ciudad. No es una cita figurada, sino literal. La comitiva que portaba a hombros al diestro cigarrero ha cortado vías principales como el Paseo Colón e incluso un tramo de la calle Reyes Católicos después de que el de La Puebla del Río le cortara las dos orejas y el rabo a Ligerito, de Domingo Hernández. La gesta de Morante de la Puebla no sucedía desde 1971, en que la protagonizara Francisco Ruiz Miguel a un ejemplar de la ganadería Miura. Morante salió a hombros por la Puerta del Príncipe a las 21:02. En el anillo exterior de la Real Maestranza de Caballería no cabía un alfiler. El traje del artista, de turquesa y azabache, perdió todos los machos y las borlas en cuestión de cinco metros. Cuando todo parecía que el diestro se subiría a su furgoneta, la locura provocó que la comitiva sorteara el vehículo e iniciara el camino hacia el Hotel Meliá Colón. No estaba previsto. Todo ha sido improvisado, de hecho, en la calle Almansa, un par de conductores no daba crédito a la turba que se le echaba sobre los capós. Camino a Santas Patronas los fieles del diestro cigarrero cantaban: «¡José Antonio Morante de la Puebla!», «¡Viva la Puebla!» o «¡Morante, presidente!». En la calle San Pablo el diestro recibió palmas por bulerías que ya acompañaron los últimos metros que le separaban de su habitación en el Meliá Colón. El último de los momentos históricos fue a las puertas del hotel cuando el diestro reviró y accedió al interior de cara al pueblo, tal y como lo hace la Esperanza Macarena cada Viernes Santo o el Señor del Gran Poder en su Basílica de San Lorenzo. Cuando culminó la procesión y el séquito se disipó, los asistentes aún no daban crédito. Todos coincidían en que lo que se vivió en Sevilla en treinta minutos fue un viaje a la tauromaquia de antaño, del Gallo o Belmonte en andas por el arrabal de Triana. Reviva aquí la narración de la salida de José Antonio Morante de la Puebla por la Puerta del Príncipe en la voz de José Manuel Peña Sutil junto a Francisco García Luque, Eduardo Dávila Miura y Manuel Molés Usó.