Sentencia pionera para personas no binarias: el TSJA obliga a Extranjería a inscribir como indeterminado el género de un residente en Sevilla

Sevilla

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía insta al Registro Central de Extranjería a que inscriba como indeterminado el género de Andrea Speck, residente en Sevilla desde hace diez años. Andrea aparecía en Hacienda como un hombre y en la Seguridad Social, como mujer. Su primera victoria judicial fue contra el Servicio Andaluz de Salud y lo hizo amparándose en la Ley 2/2014 integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de personas transexuales en Andalucía. Ahora el Alto Tribunal andaluz redacta una sentencia pionera para personas no binarias en Europa y residentes en España.

En Europa, algunos países como Alemania, Malta, Países Bajos, Austria contemplan la tercera casilla en los documentos oficiales. También India, Nepal, Argentina, Canada y Nueva Zelanda, entre otros, fuera de las fronteras comunitarias.

La sentencia, de la que es ponente José Ángel Vázquez García, corrige una anterior de un juzgado de lo contencioso-administrativo de Sevilla, que rechazaba las pretensiones de Andrea y daba la razón a la Dirección General de la Policía. Ahora, el juez da primacía al género expuesto en el pasaporte alemán de Andrea para instar a su inscripción como indeterminado. "Evitar la disparidad de datos personales, acogiendo los que figuran como propios del interesado según su legislación nacional y que sean estos los que consten en los registros españoles, creemos que supone una respuesta acorde con la finalidad de la inscripción, por lo demás obligatoria, y que, si se quiere trasladar al ámbito del derecho internacional privado podríamos decir que equivale a tomar en consideración la ley nacional del interesado como punto de conexión", expresa la sentencia.

Andrea llegó a Sevilla en 2013 y en 2017 intentó que la inscribieran en el Registro Central de Extranjería como indeterminado. Ahí fue cuando empezó un proceso que ha durado seis años, asistida por la letrada Olga Burgos y cuyo primer hito fue que el Servicio Andaluz de Salud, en 2019, considerara su género indeterminado, previo informe del Defensor del Pueblo Andaluz que compartía su reivindicación.