¿ Decadencia preocupante?
La firma de Juan Infantes en Hoy por hoy Jerez
Jerez de la Frontera
La Feria del Caballo, otrora conocida por su señorío y elegancia, por su apertura y acogida, viene experimentando un cambio drástico en los últimos años. Las tradicionales casetas, que solían ser lugares de encuentro para disfrutar de la gastronomía y la cultura local, se han transformado en bulliciosas discotecas una vez que finaliza la hora del almuerzo.
Siempre había sido un evento emblemático de la ciudad, donde vecinos y visitantes disfrutaban del flamenco, los trajes tradicionales, del paseo de caballos -que era un orgulloso escaparate- y de una esmerada gastronomía, erigiéndose en elementos clave que diferenciaban esta feria de otras celebraciones populares.
Sin embargo, la aparición de discotecas en las casetas ha trastocado este espíritu, transformando la experiencia en algo más cercano a una tarde/noche de fiesta desenfrenada que a un evento cultural.
Este cambio drástico no solo afecta la esencia de la feria, sino que también refleja la falta de compromiso de los políticos. Resulta decepcionante ver cómo aquellos encargados de velar por la preservación de las tradiciones y los valores culturales no están teniendo el coraje necesario para exigir el cumplimiento de la ordenanza que regula el funcionamiento de las casetas. Su inacción socava la integridad de un evento que solía ser un símbolo de orgullo para la ciudad.
Es evidente que la responsabilidad ha de recaer en la sociedad civil. Los ciudadanos tienen la capacidad de influir y generar cambios. Es hora de ejercer esa influencia y recordar a los políticos que su deber es proteger las tradiciones y los valores culturales que definen a una comunidad. La Feria del Caballo de Jerez merece ser salvaguardada y restaurada en su esplendor original, y esto solo será posible si todos nos involucramos.
