Los regantes piden a la CHG que el desembalse al Guadiamar se haga tras El Rocío

Sevilla

Fin de la polémica. Las hermandades de Sevilla que peregrinan al Rocío pasarán por el vado del Quema sin agua porque las comunidades de regantes de las 2.500 hectáreas en el entorno del río Guadiamar han solicitado a las Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que el desembalse ordinario de 2,35 hectómetros cúbicos de agua aprobado y previsto para este mes de mayo se haga después de la Romería del Rocío. Según la propuesta, el trasvase de agua se iniciaría a partir del 29 de mayo, lunes de Pentecostés, y tardaría unos cuatro días y medio en materializarse, tras el paso de las hermandades en el camino de vuelta.

Según ha sabido La SER, entre los motivos que han pesado en los regantes y la CHG para demorar el desembalse está el gran caudal que se generará en un corto espacio de tiempo en el vado del Quema, lo que podría generar una la situación de inseguridad para los peregrinos.

Tras dos años de sequía prolongada, tampoco sería fácil de entender un desembalse previo a la romería, algo que ya se ha encargado de subrayar recientemente la ministra de Transición ecológica, Teresa Ribera.

Fue la Junta de Andalucía la que solicitó formalmente el desembalse a la CHG, alegando que el paso de las hermandades es fiesta de interés turístico y la romería ha sido declarada la pasada semana en consejo de gobierno bien de interés cultural. El desembalse puede hacerse porque ya fue aprobado y está previsto de forma ordinaria, pero ni las hermandades rocieras ni el ministerio de transición ecológica han visto con buenos ojos la iniciativa que ha desembocado en una polémica ante la

Posibilidad de que los ciudadanos perciban que se libera agua para una fiesta popular en plena sequía y a dos semanas de unas elecciones.

De esta forma, la confederación del Guadalquivir hace suya la decisión de los regantes y liberará el agua inmediatamente después de la Romería del Rocío para garantizar la seguridad de los romeros y cumplir con el deseo de los agricultores, que esperan el agua en fechas próximas para así poder garantizar sus cultivos.