José Antonio Hernández coloca al Carboneras entre los grandes
El joven presidente con su junta directiva han firmado una gran temporada
La plantilla del Carboneras al completo. / La Voz
La pasada temporada Carboneras entera se teñía de verdiblanco en su tercera temporada en Primera Andaluza G-Almeria, conquistando una meritoria cuarta plaza y codeándose con los mejores. Su Presidente, José Antonio Hernández Segura (1987), lleva cuatro temporadas en el fútbol carbonero. La primera temporada cogió las riendas del Carboneras Atlético que estaba en la UCI, el enfermo caminaba pálido por el pasillo futbolístico y lo ascendió, conquistando el subcampeonato en Segunda Andaluza logrando el ascenso a Primera Andaluza de Almería. José Antonio calmó las aguas dando un motivo para la esperanza en una situación deportiva extremadamente delicada con un clima enrarecido y con un club descompuesto. A la temporada siguiente, nacería el Carboneras CF.
Con un modesto presupuesto de euros y un patrimonio humano fiel como ninguno en la geografía futbolística almeriense, el Carboneras CF se ha abrazado en la actualidad a su humildad deportiva, de travesías por la gloria y otras muchas más pronunciadas por los desiertos de la regional, sin desvestirse de una lectura realista de sus posibilidades y del enorme respeto y simpatía que provoca entre los clubs con los que compite.
Esta época dorada, se ha producido desde que José Antonio Hernández de 35 años, se hizo cargo de la presidencia hace cuatro temporadas. La filosofía del Club es la unidad, la proximidad con el aficionado, el sentimiento y la transparencia. En la pasada temporada ya finalizada, los jugadores se dejaron la piel en el campo y los aficionados, como recompensa, la garganta, en unas gradas entregadas a un equipo con coraje, competitivo y con una seriedad y un rigor táctico que ha ensalzado la impecable labor de todo el cuerpo técnico. El Blas Belmonte fue de nuevo un templo casi inexpugnable con el combustible lleno del cariño de gran parte de su gente. El club agradece esa fidelidad de los abonados.
Y en la epidermis del proyecto, José Antonio y su junta directiva con la implicación emocional de un pueblo que late por y para su equipo. Llegaran hasta donde deban, pero con un presupuesto real: fichar y presupuestar desde la realidad, no desde los sueños. Esta junta directiva no va a hipotecar el futuro del club. El Carboneras C.F. está por encima de cada persona y cargo.
El Presidente intenta ser autocrítico. Si el equipo no está bien, lo dice; si ve al equipo decaído, también lo dice. El elemento diferenciador de la actual directiva carbonera es la confianza que dan a entrenadores y jugadores que pasan por aquí, a quienes convencen desde la veracidad, diciéndoles lo que hay y huyendo de falsas promesas económicas.
Hay gente ya mayor que dejó de ir al fútbol y ahora está regresando. Personas que disfrutaron en los 90 y que, en algún caso, se había descorazonado. Les han convencido, desde el corazón, de que podían volver a disfrutar de nuevo. Hacía tiempo que el Blas Belmonte no estaba tan bonito. Hacía mucho que el equipo y la afición no caminaban en el mismo sentido.
La próxima temporada el Blas Belmonte tomará vida de nuevo para llenar de combustible a un equipo en reserva que tiene que correr como un fórmula uno.
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