Muere Antonio Gala, escritor español y autor de la célebre obra 'El manuscrito Carmesí', a los 92 años
El autor, dramaturgo y ensayista ha fallecido a los 92 años de edad
Córdoba
Este domingo, 28 de mayo de 2023 ha fallecido a los 92 años el poeta, escritor, dramaturgo y ensayista Antonio Gala, según ha podido saber Radio Córdoba de fuentes cercanas al autor. Aunque nació en un pequeño municipio de Ciudad Real, la trayectoria de Gala ha estado vinculada a Córdoba desde la mudanza de sus padres a la ciudad de la Mezquita-Catedral, cuando éste tenía solo 9 años.
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En su adolescencia ya despuntaba en los círculos culturales de la provincia, pero más todavía como consumidor de literatura. Las distintas fuentes bibliográficas citan su pasión por los textos clásicos, pero también por autores coetáneos de la Generación del 50. Una añada en la que destacan ensayistas como Juan Goytisolo, Jesús López Pacheco o dramaturgos y poetas como Francisco Nieva o Gloria Fuertes.
Con 15 años empezó a cursar la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla (US), aunque también se interesó por la formación en Ciencias Económicas, Política o Filosofía. Un tiempo después, Antonio se instalará en Portugal hasta 1962, cuando volvería a hacer la maleta para mudarse a Florencia.
“La vida es más desorganizada que una novela, menos intencionada y más indefinida”
— Antonio Gala
Paso a paso, Gala empieza a forjarse una pequeña reputación como literato y pensador, aunque el reconocimiento llegaría con un accésit de los Premios Adonáis (Rialp, 1959) de poesía por Enemigo Íntimo. Esto le abrirá las puertas para convertirse en uno de los articulistas más reconocidos del país, que ha colaborado en diarios como El País o El Mundo.
Antonio Gala ganó uno de los más altos reconocimientos a la literatura en castellano con su primera novela: El manuscrito Carmesí (Planeta, 1990) se alza con el Premio Planeta colocando al autor como referente de la narración histórica gracias a este relato sobre Boabdil, el último sultán nazarí de Granada.
El Planeta o el Adonáis son solo dos de los galardones que atesora el escritor. En su colección se encuentran el premio Las Albinas, el Calderón de la Barca de Teatro, el Premio Mayte (1973), el premio de periodismo César González Ruano (1975) o el premio Ciudad de Barcelona de teatro por Los verdes campos del edén. Además, Gala ha sido reconocido por instituciones de todo nivel: desde ser Hijo Predilecto de Andalucía o hijo adoptivo de Málaga, así como recibir el premio Turismo de Granada o ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba.
“Estoy moribundo, pero eso me anima a vivir más y con más intensidad“
— Antonio Gala
El estado de salud de Antonio Gala ha sido sujeto de especulación en los últimos años. El propio autor se ha referido en muchas ocasiones la dicotomía entre vida y muerte. “He visitado cementerios de muchos sitios del mundo, no es que los coleccione pero me gusta verlos, los he piropeado en alguna ocasión; pero soy aficionado a estrenarlos, si quiere, la comisión municipal puede ir pasando y calentarme el sitio”, respondía a Jesús Quintero en una entrevista en 1991 cuando el periodista andaluz le preguntaba el porqué algunos ayuntamientos le regalaban parcelas en las necrópolis.
En los 70, Antonio Gala sufrió una perforación de estómago que lo llevó al filo de la muerte. La recuperación le causó dificultades para caminar, motivo por el cual se ayudó de un bastón que se convertiría en un complemento definitorio para el escritor. Al cabo del tiempo pudo volver a caminar con normalidad, pero el bastón se había convertido en un sello que le llevó a coleccionar más de 3.000 piezas.
“Lo que nos asusta de la muerte es el salto al vacío. Ahora sé que no hay vacío, sé que hay salto y éste no es desagradable, sino acolchado y con paracaídas”
— Antonio Gala
“Siempre he padecido del aparato digestivo y tras varias intervenciones me encontraba mejor, hasta que me di cuenta que me habían extirpado gran parte del estómago y por eso no me dolía”, bromeaba en una entrevista concedida a Telemadrid. Fue en 2011 cuando el escritor hizo público, a través de una columna en El Mundo, que padecía un complicado cáncer. Tan solo un año después publicaría Quintasencia, una recopilación de aforismos del autor en el que canta a la vida y la libertad.
Su nivel de apariciones públicas se reduce drásticamente a partir de su diagnóstico. Se refugia en su finca La Baltasara, en Málaga, donde confesaba “había venido para decir adiós a la vida”. No obstante, recibió su tratamiento, principalmente en el Hospital Reina Sofía de Córdoba. El autor había superado ya esta enfermedad.
En 2015, cuando se le nombró hijo adoptivo de la ciudad de Málaga, Gala aseguró que los médicos le habían declarado libre de cáncer. “Un largo puteo” fue la definición que Antonio dio a su afección tumoral. Desde entonces, poco más había trascendido sobre el estado de salud del prolífico dramaturgo.