No habrá paz sin dimisiones

Málaga

El divorcio entre la afición y el Málaga es total. El descenso a Primera Federación ha levantado a los seguidores, que se sienten defraudados y decepcionados por el devenir del club.

El Málaga está intervenido desde hace tres años, y en las dos últimas temporadas el equipo malagueño ha coqueteado con el descenso hasta que llegó en la actual campaña, cuando se presuponía que la plantilla era para aspirar a algo más, y desde la cuarta jornada estuvo entres los cuatro últimos.

Tres entrenadores, Pablo Guede, Pepe Mel y Sergio Pellicer, y quizás, solamente el último intentó salvar la temporada.

La afición quiere un cambio total en el club, quiere una reestructuración completa con salida de empleados, sobre todo en la parcela deportiva, además del administrador judicial José María Muñoz, que recondujo a la entidad en lo económico, que se encontraba en una situación muy delicada, pero con algunas de sus decisiones incorrectas, además de rodearse de gente inexperta, sin recursos y experiencia llevar al Málaga al pozo de la tercera categoría del fútbol español.

Lo sucedido en el partido último de Liga contra el Ibiza, con esa concentración de cientos de aficionados donde pidieron la cabeza del administrador y de empleados, los cánticos contra los jugadores durante el encuentro y los hechos lamentables con incidentes incluidos a la hora de acabar el enfrentamiento, ha mostrado que el ambiente está caldeado y que la fractura es muy importante.

Este miércoles, ha vuelto a aparecer una pancarta en los aledaños del estadio de La Rosaleda donde muestra que los ánimos siguen muy alterados y para tranquilizarlos piden dimisiones.

"No habrá paz sin dimisiones", reza la pancarta.

Por el momento, el club sigue sin comunicar la posible reestructuración, que inevitablemente será un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), aunque la afición quiere la salida de los directivos y altos ejecutivos, y que accedan al club profesionales.

Todo esto continuará, no ha acabado y el devenir del club y su futuro están en juego.