No es libertad, es acoso
Firma de opinión de David Moscoso, sociólogo.
No es libertad, es acoso. David Moscoso
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Córdoba
En estos tiempos que vivimos con aires neoliberales y olor a apolillado, el discurso del tan incomprendido concepto de la libertad se convierte en la praxis en algo tan cínico como hipócrita. La libertad se ha convertido en un arma arrojadiza contra los servicios públicos, alegando, por parte de esta derecha andaluza y cordobesa que nos gobiernan, la legitimidad del derecho de elección. Elegir plazas escolares y atención sanitaria en centros privados (concertados) como máxima expresión de la libertad. Como si lo público no valiera, como si gobernaran para lo privado. Y, así, con la libertad como coartada defenestramos servicios públicos, mermamos sus recursos y, de paso, beneficiamos a empresas enajenadas del bien común, pues su ‘legítimo’ interés es el balance de cuentas anuales.
Hay que estar ciego para no verlo, si bien la ceguera se disipa cuando te topas con la realidad. Yo lo he sufrido en mis carnes recientemente. Mi caso es uno más. Solicité la escolarización de mi hija en primero de ESO este año, en tres centros educativos públicos. El resultado de la asignación fue un centro privado concertado católico. Ni somos católicos en casa ni abogamos por el concierto privado como elección. Se nos privó de la libertad de elegir la pública. Parece que la libertad de elección sólo vale para beneficiar a los accionistas y al consejo de administración de las privadas concertadas.
El derecho de reclamación existe, pero la respuesta ha sido una tortura: castigar a una niña de 12 años y a sus padres enviándola a la última plaza del centro público más alejado de su casa, existiendo media docena de centros en su distrito residencial, para que cunda el ejemplo, para que esa falsa “libertad de elección” no se malogre.
¡No es libertad, es acoso! ¡No hay respuesta de derecho, sino de castigo!