A la luz de luna

Córdoba

“Cine a la luz de la Luna” es el slogan de nuestros cines de verano.

Me siento triste y solo se me ocurre el lamento. Lamento que aun nadie puede escuchar, nos toca esperar.

Es que desde hace unos días clamamos al cielo por un ángel que venga a salvar nuestras veladas a luz de la luna viendo pelis. Un privilegio que nos hacía sentir especiales. Yo siempre he llamado ángeles a aquellas figuras que a lo largo de mi vida me han sacado de grandes apuros. Tienen nombre y apellidos, como los tienen la pareja que hace pocos días anunciaron que salvaban una librería icónica de esta ciudad.

Y me pongo nostálgica. Recuerdo el cine de la plaza de toros cuando era niña y vi la Bruja Novata. Me desilusionaba ir a mirar la cartelera, helado en mano, y ver que ponían otra de Bruce Lee. Pasaron los años y recuerdo a la Princesa Prometida y a Iñigo Montoya. Y cuánto me enfadé con mi pandilla porque me llevaron engañada a ver Arma Letal. No olvidaré nunca mi amor infinito por Dersú Usala ni  la ternura que me inspiraron los protas de Priscila, Reina del Desierto.

Muchos nos sentimos tristes, asustados, expectantes y esperanzados a la vez. Queremos creer que no pasará, que los cines de verano volverán. Que detrás de esta  incertidumbre hay un ejército de almas esperando su oportunidad para poner en marcha los proyectores, para colocar los carteles de la peli del día, llenar neveras y abrir los portones.

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Asi que mientras llega nuestro ángel salvador, que seguro llegará, propongo ir localizando unos metros cuadrados de albero, cables, proyecto, sillas , un muro bien blanco, unas cuantas salamanquesas, algún gato, un paquete de pipas, una buena peli y a esperar.

Feliz verano.