El enemigo oculto que está acabando con la Laguna de El Portil: ¡Descubre la impactante verdad!
Un estudio de la Universidad de Huelva viene alertando de la pérdida de los valores primigenios de esta laguna que exhibe su vaso seco este verano
Huelva
La Laguna de El Portil (Punta Umbría) se ha secado. Este hecho, que preocupa a los expertos, aunque no es nuevo de este verano, está produciéndose en los últimos años con una frecuencia mayor de la deseada. No debería ser así, porque esta laguna, de naturaleza permanente, no debería llegar nunca mostrar su vaso como hoy lo exhibe, completamente vacío. El verano pasado ya vimos cómo se secaba la laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana, activando todas las alarmas ambientales. Esta grave situación se explica por varias causas. Pero, entre otras, figura el cambio climático, la falta de precipitaciones y el periodo de sequía que estamos atravesando, como apunta José Prenda, catedrático de zoología de la Universidad de Huelva, gran conocedor de la laguna, porque tiene un estudio titulado 'Factores ambientales y dinámica a largo plazo de la comunidad de aves acuáticas de una pequeña laguna costera', que profundiza en su evolución, con datos recopilados de los últimos 20 años.
José Prenda
De ese estudio, impulsado por investigadores de la Onubense, entre los que está Prenda, se desprende un fenómeno de mayor calado: la laguna viene perdiendo en los últimos años sus características primigenias. Los científicos han venido certificando que la pérdida de agua está provocando, al mismo tiempo, que cambien las especies acuáticas originales. De las aves buceadoras originales que necesitaban agua en profundidad se ha pasado a tener aves vadeadoras que caminan por la superficie menos profunda.
Este fenómeno aporta un elemento más y es que las aguas están tornándose "turbias" y presentan una alta contaminación orgánica. Esa contaminación procede, según explica José Prenda, de "las heces de los cientos de perros que pasean, con sus dueños, por el entorno, que acaban en la laguna y por algún vertido derivado de aguas residuales que acaban yendo a parar a la laguna".
José Prenda, catedrático de zoología
La solución para evitar que se seque se antoja difícil y habría que abordar un abordaje transversal. Estos expertos no consideran que llenarla superficialmente sea una salida viable como se ha hecho en algunos otros enclaves que se han secado porque "tendríamos un estanque de patos, pero no una laguna con sus singulares características". Sí sería necesario, incide José Prenda, "corregir tanto el vertido como establecer un sitio para evitar que las cacas de los perros vayan a parar a la laguna".