Los veranos que marcaron a la karateka María Torres
Con tan solo 26 años, la karateka malagueña alcanzó el primer puesto en el campeonato mundial de 2021

María Torres García, karateka
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Málaga
María Torres García es una karateka profesional que cuenta con varios galardones. Con tan solo 26 años ya ha conseguido dos medallas en el campeonato mundial de kárate, un oro en 2021 y un bronce en 2018. Tiene también una medalla de bronce del campeonato europeo de kárate de 2022 y tanto en los Juegos Europeos de Cracovia de este año como en los mundiales de 2022 de Birmingham también ostentó un tercer puesto. Esta semana ha pasado por los micrófonos de Hoy por Hoy Málaga para recordar los veranos de su vida
María vive en el barrio de El Cónsul, en Teatinos y por ello se merece un espacio en la sección "los veranos de tu vida", donde se le da voz a personajes de Málaga o vinculados con la ciudad para que nos cuenten cuál ha sido su mejor época estival. La deportista confiesa que aunque ahora está viviendo la mejor etapa de su vida, todo tiene un margen de mejora y espera seguir llegando muy lejos
La pasión por el deporte le llega a María de familia. Su padre Eugenio Torres tiene un gimnasio y es además su entrador ya que también fue karateka de élite. Torres tiene una hermana cuatro años menor que ella que ha estudiado magisterio y se ha especializado en educación física, y su madre, practica balonmano, en conclusión toda la familia es amante del deporte.
Su pasión por el kárate comenzó con tres años, pero en ningún momento dio de lado otros deportes como fueron el baloncesto y el baile. Además, se declara muy futbolera por lo que una canción que sin duda marcó uno de sus veranos fue el waka-waka de Shakira, cuando España ganó el mundial de 2010. Aunque no lo pasó mal, recuerda que en la niñez algunos niños se metían con ella por practicar un deporte considerado como de "chicos". Sin embargo, afirma que estas críticas nunca le llegaron a importar mucho ya que sus padres siempre le enseñaron que los deportes no tienen género y ella debía practicar lo que le hiciera feliz.
En la actualidad puede llegar a dedicarle al deporte de élite unas 40 o 50 horas semanales entre entrenamientos, fisio, nutricionista y psicólogos. Y es que la karateka reconoce que sin haber acudido a terapia no hubiera sido capaz de sacarlo todo adelante. Además, también ha conseguido organizarse y poder estudiar Ciencias del Deporte y un máster de profesorado ya que en un futuro, su objetivo es ser profesora.
María ha roto en muchas ocasiones el techo de cristal siendo por ejemplo la primera mujer en conseguir ganar un mundial, pero agradece que en el kárate no ocurra como en otros deportes ya que hay mucha igualdad tanto en los combates como en las categorías, en incluso en los sueldos. Del mismo modo, explica que siendo karateka se puede vivir, aunque hacen falta muchas ayudas para impulsar este deporte y que ofrezcan la oportunidad de vivir una vida más estable económicamente hablando. En lo que le queda de temporada, María centra sus esfuerzos principalmente en entrenar muy duro para poder llegar al mundial de octubre e intentar traer hasta Málaga otro oro.
Pese a todo, reconoce que el verano es su época favorita del año y que siempre que puede saca tiempo para estar con sus amigos. La Bomba de King África o Rayos de Sol de Henry Méndez le hacen rememorar sus días en la playa y las barbacoas con amigos que siempre disfrutaba siendo adolescente. Un año que sin duda le marcó fue el de 2021, ya que se estuvo preparando para las pruebas preolímpicas y al final, perdió. Es en estos momentos es cuando recurre a canciones como las ya nombradas porque cuenta que el reggaetón la ayuda a animarse y a estar de mejor humor. Ahora, junto con su familia veranea durante un mes en la Cala del Moral pero sin olvidar en ningún momento sus entrenamientos para el próximo mundial




