Cómo ha cambiado el viento (y el cuento) en Andalucía
En sólo cinco años, el mayor granero de votos del PSOE se ha convertido en el mayor granero de votos del PP
Comentario del director de contenidos de la Cadena Ser Andalucía, Diego Suarez, sobre las elecciones generales en 2023 en Andalucía
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Sevilla
Andalucía vota. Y la diferencia de estas elecciones con las últimas generales es sustancial: la comunidad andaluza, el granero de votos del PSOE, en sólo cinco años, se ha convertido en el granero de votos del Partido Popular. Y el viento de cola que sopla ahora mismo para el presidente Juan Manuel Moreno se antoja una alfombra que allana el camino de Feijoo a la Moncloa. Moreno ha construido su perfil moderado situándose en la centralidad y aprovechando la debilidad de un PSOE roto tras la etapa de Susana Díaz, de la izquierda dividida y una ultraderecha dócil que tuvo que cambiar de líder varias veces: Serrano, Hernandez, Olona, Gavira... Con poca oposición y gran habilidad, Juan Manuel Moreno ha transformado el peor resultado electoral del PP en Andalucía, el que obtuvo en 2018 (VOX se quedó a sólo 7000 votos de superar al PP y ser segunda fuerza en Andalucía), en el mayor capital para su partido. Sin duda, ejercer el gobierno de la Junta de Andalucía ha tenido mucho que ver. Y sus formas han hecho perder el miedo de muchos andaluces a votar a la derecha. Eso y la persistente estrategia de Moreno de reprocharle todo lo malo al Gobierno y todo lo bueno a su gestión.
Más allá de los temas nacionales, en clave andaluza, la sequía, el cambio climático y Doñana y los problemas que persisten en la sanidad pública pese al acuerdo con los sindicatos, han sido asuntos recurrentes. En el PP se han afanado en pedir el voto útil, el que le dio la mayoría absoluta a Moreno. El PSOE no ha explotado los demonios que vendrán con VOX: primero porque esa estrategia no funcionó en Andalucía en las autonómicas que desalojaron cuatro décadas de socialismo. Segundo, porque la ministra Montero se ha echado la campaña sobre los hombros y se ha afanado en hacer pedagogía de la buena gestión del gobierno en un contexto muy complicado: pensiones, salario mínimo, ingreso mínimo vital, reforma laboral... Esa es la baza del socialismo. Y no es menor.
VOX ha ido a lo suyo, a lo que sabe hacer. A meter miedo: a cuestionar la legitimidad de las instituciones para sacar rentabilidad ofreciéndose como salvador de la madre patria. Ya sabemos que si gobiernan se volverá a incendiar Cataluña. Esa es la apuesta, doble o nada. VOX necesita dinamitar Cataluña para volver a cobrar sentido porque la negación de la violencia machista o del cambio climático ya no se lo creen ni ellos. Si SUMAR se hubiera presentado sólo en los sitios donde tiene garantizado escaño, le iría mejor a la coalición electoral PSOE-Sumar por la ley D´Hont, pero Sumar ha ido sumando en la campaña. Yolanda Díaz ha demostrado un liderazgo, que se hizo visible en el debate de TVE y en un contexto complejo, condicionado por los recelos de Pablo Iglesias y por las andanadas de Adelante Andalucía y el comité del metal, que boicoteó el acto de Yolanda Díaz en Cádiz, precisamente donde se presenta la formación de Teresa Rodríguez.
La región más poblada de España, con los 61 diputados que aporta, será por tanto clave a falta de las variables de abstención y de la fecha de las elecciones en una comunidad con 581 kilómetros de costa y 263 playas... Más allá de eso, la campaña también nos ha enseñado que, igual que la orientación política en Andalucía ha dado un vuelco desde las ultimas generales, en una semana de campaña puede cambiar el viento. Y en dos, un candidato hundido puede tocar la gloria con las manos. Tal es el estado de polarización en este atípico retorno al bipartidismo. La campaña también nos ha mostrado el porvenir tan activo que tiene en su mano la Ministra María Jesús Montero. Y que el candidato del PP, Alberto Núñez Feijoó,no sabe dónde está Huelva. Y no sabe lo que se pierde.