Seis meses del asesinato del sacristán Diego Valencia, hablamos con el abogado de la familia Manuel Barberá

Algeciras

Ahora se cumplen seis meses del asesinato de Diego Valencia, el sacristán de la Parroquia de La Palma, a manos de Yasinne Kanjaa, un marroquí que contaba con una orden de expulsión desde junio de 2022, y por ello nos hemos preguntado en qué situación se encuentra el proceso judicial que se encuentra en manos de la Audiencia Nacional.

Las declaraciones del asesino confeso, en las que indica que realizó esos ataques a sus víctimas a las que comparaba con Satán y que lo hacía en nombre de Alá y que si lo dejaban en libertad volvería a matar. Aquellos días fueron días convulsos y de mucho dolor en Algeciras donde Diego era una persona muy querida, tenía su floristería en la calle Tarifa y era el sacristán de La Palma.

Contactamos ayer con la familia que nos explicó que no querían hablar de los aspectos personales porque las teles les habían estado presionando y habían dicho no, si nos concedían una entrevista volverían las presiones y es algo a lo que no están dispuestos, algo que desde luego respetamos y entendemos perfectamente, no hay que darle más vueltas.

Pero quien sí puede hablar con nosotros, es Manuel Barberá, abogado de la familia que ejerce la acusación junto al exmagistrado Manuel Gutiérrez Luna. Recuerda Manuel que las primeras noticias le llegan por su hermano "que vive cerca de aquí de la Plaza Alta y me dijo que algo grave había pasado. Estuve atento a las noticias hasta que nos enteramos de que era el sacristán de la Palma a quién conocía, igual que a toda la familia, y fue un golpe muy duro, máxime cuando fue un ataque yihadista, fue un momento de shock".

Barberá entiende que "aquí la autoría la tenemos clara desde un primer momento, aquí el problema jurídico radica en la situación mental o psicótica que tiene el investigado, y en determinar si este problema mental, que es un hecho objetivo que lo tiene, le lleva a tener una ausencia total de voluntad e inteligencia para cometer el hecho que es lo que da lugar a la inimputabilidad, o bien hay un grado de discernimiento, en el momento de actuar, que permite entonces en este caso al código penal la imposición de una pena con determinados atenuantes. Este es el intríngulis y donde ahora estamos debatiendo".

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Cuenta el abogado de la acusación que "nuestra defensa se basa en determinar si él tenía conocimiento de comprender que el acto era terrorista, este es un elemento importante porque previamente había llevado actos de autoadoctrinamiento a través de las redes sociales para cometer el acto terrorista que debe enlazarse con alterar la paz social, que es el tipo penal que permite enlazar esa figura como un delito de terrorismo".

"A raíz de este caso los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han mostrado su preocupación porque las redes yihadistas puedan estar buscando los perfiles como el de Yasinne Kanjaa, que tienen una cierta alteración de sus facultades mentales, para que puedan cometer los delitos de terrorismo y de alguna manera intentar después, en el procedimiento penal, alegar a la enajenación mental, no sabía lo que estaba haciendo, y entonces hay una inimputabilidad", ha comentado en la entrevista Manuel Barberán.

Sobre el momento procesas comenta que "en estos momentos el caso se encuentra a la espera de que se culmine el informe pericial encargado por nosotros (informe psiquiátrico) y la defensa del investigado incide una y otra vez en que la instrucción del delito debe tramitarse aquí en Algeciras y no en la Audiencia Nacional. Con esto lo que pretende es eliminar el posible delito de terrorismo y, aunque la Audiencia Nacional y la Sala de los Penal ha dejado clara que la instrucción corresponde a ellos, la defensa insiste".

Barberá insiste en que el juicio no se va a dilatar demasiado en el tiempo, "se podría celebrar en unos tres meses una vez concluidas las pruebas periciales. en unos dos o tres meses puede ser que se celebre el juicio, antes de que acabe el año puede celebrarse el juicio. Tampoco había muchos elementos que investigar porque aquí la autoría estaba clara".

Kanjaa se encuentra en estos momentos en la prisión de Huelva en un módulo de aislamiento. "Por lo que me cuentan nuestros psiquiatras que lo han visitado hace un par de semanas, está con su medicación y me insistieron en que sigue teniendo las mismas ideas yihadistas, él dice que se cree un enviado de Alá y que tiene que acabar con todo lo que representa la religión católica porque entiende que es el mal, entiende que somos el demonio, y me decía uno de los psiquiatras que él insiste en que volvería a hacerlo".

Manuel Barberá tiene claro que el sistema ha fallado "este hombre tenía que haber sido expulsado, pesaba sobre él una orden desde el mes de junio, o haberse adoptado alguna medida de vigilancia. Esta es una zona sensible donde hay mucha inmigración ilegal, con gente con órdenes de expulsión que no se cumplen. Si hubiese más agentes que pudierab realizar esas misiones de vigilancia seguramente esto no habría pasado".