Alén Ayerdi: "El público de Marea no pide pelotazos sino canciones para toda la vida"

Cádiz

Llevan 25 años sobre los escenarios. Marea es un referente del rock en España y también de la capacidad de una banda para resistir unida. Su batería y manager, Alén Ayerdi, atribuye esta supervivencia del grupo al haber conseguido espantar todos los egos de la música. También se autoerige como parte de la resistencia contra el sistema. Los cinco actuarán este fin de semana en el Bahía Sound de San Fernando.

Pregunta. ¿Con qué ánimo llevan lo de los 25 años... con alegría, pesar, resignación, con alma de rockero eterno?

Respuesta. Con muchas cosas, pero, sobre todo, con satisfacción. Creo que no es fácil aguantar los mismos cinco. Ya no aguantar, sino tener una familia y llevarnos tan bien y seguir juntos, ser buenos compañeros. Disfrutar de estar juntos es lo que hace que luego se dé pie a seguir haciendo discos, a seguir tocando. Lo primero es lo personal y lo personal funciona muy bien entre nosotros, y eso nos da alas a las demás inquietudes.

P. Se lo habrán preguntado mil veces. ¿Cuál es el truco para estar tanto tiempo juntos sin pelearse?

R. Cada uno de nosotros veníamos de otras bandas. Y las vimos fracasar por egos y por tonterías. Nosotros hemos tenido claro siempre el papel que tenemos que desarrollar y cuál es el cometido. Nunca nos hemos metido en el papel del otro y hemos tenido una confianza ciega en los compañeros. Sí que he visto otros casos de grupos que se han separado por egos absurdos y por medirse y por ver quién es más. Chorradas que solo conducen a fastidiar lo conseguido y trabajado. Hay gente que no se conforma con lo que es, y quiere ser también como su compañero. Y en Marea nunca ha pasado eso. Siempre hemos tenido claro quién es cada uno y los demás lo hemos respaldado. Yo no me metería a producir discos. Colibrí lo hace mejor que nadie. Yo no me metería a hacer letras porque Kutxi ya lo hace. Y he visto que en otros grupos algunos se han metido en lo de otros y, al final, ha habido bronca.

P. La mejor manera de celebrar un aniversario es con un disco nuevo. Así lo han hecho ustedes. ¿Cómo es Potros del tiempo?

R. Es un disco de Marea, de los Marea con unos cuantos años más. Tenemos un estilo más pesado, nos gusta el rock más viejo, más anclado. Pero, en el fondo, nuestros fans han pensado que sigue siendo un disco de Marea por mucho que nosotros hayamos querido darle otro toque de innovación. Al final todo el mundo ha tenido el disco que esperaba.

P. El título alude a una taranta de El Cabrero y ese potro recuerda al Potro de Rabia y Miel de Camarón. ¿Hasta qué punto un grupo de rock como Marea puede estar movido por el flamenco?

R. Sí, en Latino Jondo se menciona el potro de rabia y miel, y en nuestro primer disco ya teníamos un tema en el que decíamos "ya lo dijo Camarón". Siempre ha estado presente en las letras de Kutxi y en las músicas de Marea el flamenco y su cultura. Somos hijos de emigrantes, descendientes navarros de Extremadura, de Andalucía, de Jaén... con lo que es normal que esté implícita la cultura flamenca.

P. Este es el octavo disco. ¿Los asumís como descendencia? ¿Este sería un hijo bueno, de los que deja dormir por las noches, o del cólico del lactante? ¿Cómo se está portando?

R. Pues no lo hemos sufrido mucho, porque ha habido mucho tiempo ya que no teníamos otra cosa que hacer en la pandemia. Estuvimos haciendo canciones. Yo diría que ha sido de esos hijos que vienen sin esperarlo. Nos ha venido muy bien porque no queríamos celebrar el aniversario como lo hace todo el mundo, con un revival. Queríamos celebrarlo con un disco que es una señal que vida y continuidad. Porque una banda que no crea cosas nuevas es una banda muerta. Así que este es un hijo que nos lo hemos encontrado.

P. ¿Y tiene algún disco/hijo favorito?

R. No sé qué decir. Sí que "Besos de perro" es muy especial porque sentimos que empezamos a tener nuestro estilo y controlado. Eso se definió mejor en "28.000 puñaladas". Y luego la resurrección y el pasito de lo que hoy es Marea se dio con "El azogue". Esos tres los tengo ahí. Y el primero también es muy especial para mí. Tengo buenos recuerdos de todos.

P. Además de batería, usted es el manager de Marea, como lo ha sido de Extremoduro, de Robe... ¿Es difícil vender rock en tiempos de reggaetón y trap?

R. No me lo tomo así. Pensamos que, precisamente, todo lo contrario. El reggaetón es una moda. Hemos visto pasar muchas músicas, y nosotros hemos pensado que hacemos canciones y discos imperecederos, como Robe. Creemos en las carreras de fondo, no creo que seamos fruto de modas. Toda la gente que está de moda no vende tantas entradas ni tantos discos como nosotros. Me río de las modas. Las modas las hacen los medios y a nosotros nunca nos han hecho mucho caso los medios. Ni a Robe ni a nosotros. Estamos tranquilos. Tenemos nuestra base de público, que quiere canciones para toda la vida, no quiere pelotazos ni canciones de moda. Trabajamos tranquilos y miramos nuestra dirección. Si haces algo en una línea y sincero, la gente lo entiende y sabe que no estás vendiendo ninguna moto. Vivimos al margen de lo que se lleva.

P. ¿Vuestro público está creciendo con vosotros en estos 25 años? ¿Veis una nueva generación de fans desde el escenario?

R. Yo estoy muy contento. Tanto en la última gira de Robe, como en esta de Marea, y la anterior, vemos gente muy joven. Eso nos gusta porque vemos que va a haber una continuidad, y que va a haber gente joven, aunque no sea mayoritaria, que va a mantener esto. Sí tenemos el miedo de que desaparezcamos nosotros y desaparezca este rock como nosotros lo entendemos.

P. Cuando Marea empezó a cantar, España era otro país. ¿Cómo ha visto transformarse nuestro país desde el escenario?

R. Claro que se ve cambiar un país, y una manera de hacer las cosas. Y un mundo. Es horrible cómo las grandes promotoras multinacionales están explotando y exprimiendo al público. No comprendo cómo grupos como Metallica deja que hagan eso a su público, cobrar esos dinerales. Nosotros peleamos por ellos para que no sea elitista. No queremos zonas privilegiadas por la que el que más dinero tenga vea mejor. Ponemos un precio, el más barato que se pueda, para darle el mejor espectáculo que tenemos y cuidando los precios de barra para que la gente joven pueda acceder. Que alguien al que llene el corazón esas canciones no se vea limitado por el precio de la entrada. Funcionamos al revés que funciona el mundo. Y, precisamente, porque lo vemos y sentimos que se ha distorsionado el concepto de rock cobrando esas entradas grupos que han sido referencia. No terminamos de entender que dejen que promotores sin escrúpulos expriman al público para sacarles la sangre de esa manera.