Cae el interés de inversores por comprar viviendas en el casco histórico de Cádiz

Cádiz

La Asociación de Gestores inmobiliarios ha apreciado una caída en la demanda de compra de viviendas en el casco histórico por parte de inversores. En el curso de una entrevista en Hoy por Hoy Cádiz, la presidente de GICA, Begoña Gómez, ha reconocido que, si bien los alquileres han seguido registrando cifras récord de ocupación, "sí lo hemos notado un descenso tanto en la promoción como en la compra por parte de inversores, porque había mucho inversor tanto grande como pequeño que quería meter sus ahorros en algo tan seguro como la compra de un piso para alquilar en Cádiz capital, así que esa regulación se ha notado en la compraventa".

La regulación de los pisos turísticos fue impulsada por parte del anterior equipo de gobierno, que limitó a tan solo unos pocos y bajo unas condiciones muy concretas los inmuebles a los que se les puede conceder la licencia para ser arrendados siguiendo el modelo de alquiler vacacional. Una medida que buscaba, según afirmó el gobierno local, proteger la poca oferta de vivienda en la capital gaditana y otorgar la prioridad a aquellos compradores que se hiciesen con alguna finca para vivienda habitual y no para explotarla con arrendamientos vacacionales.

El evidente problema de la falta de vivienda en Cádiz, padecido por los gaditanos desde hace décadas, se ha agravado durante los últimos años por la inestabilidad económica y el encarecimiento de los pocos inmuebles que hay disponibles en la capital gaditana tanto para alquilar como para comprar. Al respecto, GICA considera que el control y la regulación que plantea la nueva ley de vivienda no es la solución y que, de hecho, está provocando que muchos propietarios den marcha atrás y retiren sus pisos del mercado de alquiler optando por venderlos o mantenerlos cerrados.

Begoña Gómez ha reclamado a las administraciones un esfuerzo más sólido en construcción de viviendas públicas que incremente la oferta con precios al alcance de las familias que no tienen capacidad de ahorro o no cuentan con los recursos suficientes para comprar un inmueble en un mercado inmobiliario que es cada vez más feroz, con los precios disparados.