La peligrosa zona de confort de Sevilla
El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, reflexiona sobre el inicio de curso en una ciudad con múltiples retos, entre ellos el de elevar el debate sobre los problemas reales de Sevilla
Sevilla
Vuelven a verse las caras la ciudad y los ciudadanos. Ya estamos todos aquí. El alcalde regresa de China, adonde se ha ido a buscar más turistas del Gigante asiático. Nos quejamos con mucha razón de los excesos del turismo, pero no paramos de vender el destino turístico ‘Sevilla’. ¿No tenemos otras fuentes de riqueza? Pareciera que la ciudad sigue siendo esa urbe barroca en la que como tal es imposible el equilibrio.
En Nervión ya se ven las paradas del Metrocentro, una de ellas muy cerca del estadio Sánchez Pizjuán, donde se espera que, como el tranvía, el equipo arranque pronto.
Pronto comenzará el debate sobre la duración de la Feria y todavía colea el de los veladores autorizados por el Covid que han sido prorrogados hasta febrero.
Sevilla tiene que elevar el nivel de sus polémicas, no puede instalarse en esos asuntos que nos encumbran en la barra del bar pero que, al final, lastran nuestro futuro como ciudad. Tenemos una gran habilidad para sublimar lo secundario excluyendo del debate ciudadano aquello que verdaderamente nos haría crecer como capital. Sí, somos una capital que no debe centrarse en captar turistas y en las fiestas mayores. Que no se debe permitir pifiazos como el del Festival del Cine perpetrado el pasado agosto.
Infraestructuras, las infraestructuras que nos faltan son las que nos permitirán el crecimiento debido. Todo lo demás son sonajeros que nos distraen de lo fundamental. Dejemos la grandilocuencia sobre nuestro casco histórico para los poetas y el elogio de la belleza de la ciudad para los pregoneros. La zona de confort de Sevilla es maravillosa, pero es nuestra trampa. Hay que salir de ella sin dejarla, sublime contradicción que marca nuestro sino. Mientras llegan las infraestructuras, chinos y más chinos. Si no querías más turismo, doble ración de rollitos de primavera.