Pilar, madre de acogida: "Acoger a un menor y que luego se vaya es muy duro, pero no hay nada tan gratificante como verlos evolucionar a mejor"

Sevilla

La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ha atendido a 2.418 menores mediante el sistema de acogimiento familiar durante el primer semestre de 2023, aunque aún hay 2.200 menores que se encuentran en centros de protección al no haber familias acogedoras suficientes. En toda la comunidad autónoma, el Gobierno andaluz ha contado con 1.846 familias acogedoras, algunas de las cuales les han abierto las puertas de su casa incluso a grupos de hermanos.

Estos son los datos que han llevado a la Junta a poner en marcha una campaña -acompañada de una página web (www.acogeadoptacolabora.es)- para animar a las familias andaluzas a contemplar la posibilidad del acogimiento, porque "la calidez de un hogar es el mejor entorno que se le puede dar a un niño o niña que ha pasado por graves dificultades", tal y como nos ha contado en Hoy por Hoy Sevilla María Luisa Cava, delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad: "En Sevilla hay 400 pero hay otros tantos que necesitan una familia, lo fundamental es que estos menores no estén en centros".

La delegada ha destacado la labor de estas personas que acogen a estos menores porque "les aportan estabilidad y los aleja de los problemas vividos". Una experiencia muy buena para las dos partes, y un buen ejemplo de ello lo hemos encontrado en Pilar Monguió., que es madre de acogida desde hace 14 años. Su historia -nos ha contado- comienza cuando se prejubiló y "el primer año encantada", pero con el tiempo vio que tenía que hacer algo más y empezó a buscar actividades donde "pudiera ayudar", hasta que empezó a considerar la posibilidad de acoger a menores en su casa: "No tenía ni idea de que esto existía".

Cuando solicitó entrar en este programa de la Junta, casi que estaba segura de que no la iban a admitir como familia de acogida, ya que no podía ofrecer como tal "una familia al uso", Pilar vive sola. La sorpresa se la llevó cuando la dijeron que era "apta" para acoger a niños y niñas.

Su primer niña, recuerda, tenía 5 años "formaba parte de un grupo de hermanos". Cuando fue a conocerla "no sabía lo que me iba a encontrar". "La niña se me quedó mirando con los ojos muy abiertos, me la llevé a casa y cuando le enseñé su cama, me preguntó si era para ella". "La niña, que me marcó mucho, me abrió la puerta de todo un mundo. Un día tendré que dejarlo, pero no voy a saber hacerlo".

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Por su casa ya han pasado 14 entre niños y niñas, a veces grupos de hermanos y niños que se han solapado, y ha tenido dos juntos "mientras se arreglaba la situación de los menores". Las edades pueden ir desde los 2 años hasta los 10 y el tiempo que están acogidos en casa de Pilar oscila mucho, puede llegar hasta los dos años y, si aún así, no se ha encontrado acomodo permanente para los menores, se puede ampliar un año más". Pilar ha tenido a dos críos durante 3 años.

Durante el tiempo en que los niños están en su casa, cuenta Pilar que "hay que navegar muy fino para que no piensen ni que yo soy su madre ni que mi familia es la suya, porque estos niños ya han sufrido abandono y no pueden pasar por ahí otra vez cuando llega la hora de irse". "De la misma forma, sigue diciendo, hay que poner normas de convivencia desde el primer momento".

"Las despedidas son iguales de dolorosas, tanto la primera como la última...". Para los niños también, "sin embargo, es maravilloso ver la evolución de los menores, cómo van mejorando, eso lo compensa todo". La relación llega a ser tan profunda que Pilar tiene contacto con todos "sus niños", ejemplo de esto es que, después de haber participado en esta entrevista, se va a comer con una joven amiga que de niña pasó por su casa. "Es duro pero muy gratificante" concluye Pilar y anima a las familias a acogerse a este programa.