"Falta mucho por hacer en Los Guájares cuando se cumple el primer aniversario del incedio que afectó a más de 5.000 hectáreas"
Según el alcalde, Antonio Mancilla, es necesario un Plan de restauración e infraestructuras que ayude a devolver la normalidad a la zona
Motril
Los montes siguen desnudos e incapaces de retener la lluvia. Las obras de emergencia impulsadas por la Junta de Andalucía están prácticamente finalizadas, pero el alcalde de Los Guájares, Antonio Mancilla, insiste en que falta mucho por hacer.
La zona afectada por el incendio que se declaró hace ahora un año en la sierra de Los Guájares, arrasando 5.504 hectáreas en esta y otras cuatro localidades granadinas, comienza a "respirar". Los primeros brotes verdes de pinos, monte bajo y otras especies autóctonas se dejan ver en numerosas partes del terreno y las obras de emergencia impulsadas por la Junta de Andalucía están prácticamente finalizadas.
No obstante, los municipios tienen bastantes problemas en caminos que dan acceso a cortijos, fincas e invernaderos. Los alcaldes reclaman por ello a las Administraciones un plan de inversiones "potente" que evite que estos senderos rurales queden intransitables cada vez que llueve.
El incendio se declaró sobre las 13,55 horas del 8 de septiembre de 2022, en el paraje de Guájar Alto, y no se dio por extinguido hasta el 5 de octubre. . La Guardia Civil arrestó a finales de agosto como presunto responsable a un hombre de 62 años que había sido bombero forestal y que en la fecha del incendio trabajaba en labores de prevención. Los vecinos recuerdan hoy esos "días terribles" en los que sus sierras ardieron cambiando el paisaje que les ha acompañado desde la niñez, relata a Europa Press el alcalde de El Pinar, Francisco Titos.
El término municipal de Los Guájares fue el más afectado, con 2.255 hectáreas arrasadas y su alcalde, Antonio Mancilla, ha visitado estos días la zona para conocer el estado de las obras de emergencia impulsadas por la Junta. Según el primer edil ya se están finalizando los últimos diques; y "se han creado fajines y albarradas con los troncos de los árboles quemados para sujetar el terreno".
"El campo está respirando muy bien y se ven muchos pequeños pinos, vegetación de monte bajo y diversas especies que están brotando", según explica. No obstante, considera necesario un plan de inversiones que solucione los problemas en caminos de la zona de Guájar Alto que dan acceso a fincas, cortijos y explotaciones situadas en el corazón del incendio. "Cuando llueve el monte no retiene el agua y cae de forma torrencial por los barrancos cortando los caminos, hemos tenido que enviar maquinaria y no están en buenas condiciones por este motivo", relata el regidor, que pide "celeridad" para la creación de escolleras en la parte de abajo del barranco en cuestión, así como rellenar y hormigonar algunos de estos senderos rurales para que sean transitables.
Algo similar ocurre en Vélez de Benaudalla; aunque se han hecho diques de contención, las pocas lluvias que han caído han llegado de forma torrencial al camino del barranco de la Viñas, que da acceso a una zona importante de invernaderos. El Ayuntamiento ha tenido que hacerse cargo de su limpieza y reparación con una inversión 24.000 euros y su alcalde, Francisco Gutiérrez, solicita a la Junta ayudas que no sólo sufraguen este gasto sino que permitan acometer otras mejoras que son necesarias tras el incendio.
Las ayudas aprobadas por la Junta de Andalucía ascendieron a 3,5 millones de euros, pero en El Valle afirman que "apenas ha llegado nada". Según relata la teniente de alcalde, Cristina Zarco Granados, se hizo limpieza de la zona calcinada pero en la arteria principal de la sierra se acumulan restos de poda y de árboles quemados que dificultan el tránsito hasta las fincas y los campos. Todo ello lleva a pedir a estos municipios que una vez culminadas las obras de emergencia, y a la espera de los trabajos de reforestación, se articulen inversiones para las infraestructuras afectadas.
El fuego también arrasó zonas agrícolas, especialmente en Los Guájares, donde calcinaron varias fincas de aguacates suponiendo una "catástrofe" para sus propietarios; y también en Albuñuelas, donde tradicionalmente se cultiva el olivo y el almendro. Una decena de agricultores de este municipio sufrieron las consecuencias de las llamas en sus explotaciones y si bien buena parte del olivo ha logrado brotar no ha ocurrido lo mismo con los almendros. El alcalde, José Díaz, lamenta que no se hayan articulado ayudas para los agricultores afectados por el fuego puesto que la mayoría son fincas de pequeños particulares que no tenían seguro y no las han podido "sacar a flote" tras el devastador incendio.
Desde la Universidad de Granada, el profesor José Antonio Hódar, en declaraciones a la SER ha apostado por una regeneración natural del monte.