Jaén

Con problemas de visión y audición pero con una memoria digna del mejor equipo informático, Luis Berges Roldán nos recibe en su casa, en una sala llena de libros y pinturas, para hablar de su nuevo libro 'Recuerdo de una guerra', que presenta este martes a partir de las ocho de la tarde en el Salón de Actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en la calle Bernabé Soriano. Una publicación que le ha servido de ejercicio para entrenar su mente, que cumplió 98 años hace poco, recordando su época estudiantil en el actual Instituto Virgen del Carmen de la capital.

"Estoy bien, con muchos años pero bien", nos dice mientras baja las escalares de casa. Reconoce que todavía se da sus paseos, y que "de vez en cuando", coge sus bastones y se va a andar por la vía verde que va a Jabalcuz. "El día que me pare no me voy a poder levantar", afirma. Con esa vitalidad se va a plantar esta tarde en la presentación de su nuevo libro, que surgió cuando un día le pidieron un artículo en la revista del instituto en el que estudió durante la Guerra Civil.

"Un día me pidieron un artículo para la revista que tiene el instituto. Se lo hice, recordando como fue mi vida como alumno del instituto entonces, porque resulta que era el mismo instituto aunque después le ampliaran el nombre, y allí conté más o menos cómo era nuestra vida escolar y con ese motivo me empezaron a brotar recuerdos no solamente como alumno, si no como un crio que tenía 11 años recién cumplidos. Además, tengo recuerdos del Jaén de entonces que era una ciudad muy pequeña convertida en retaguardia en una guerra", afirma.

El subdirector del instituto dio con los libros de registro de aquellos años y cuando Luis Berges vio la lista completa de sus compañeros, que ya apenas recordaba, dice que se le abrió el frasco de los recuerdos, siendo aquello "un chorro de vivencias que estaban dormidas".

El libro está compuesto de 35 relatos y 34 ilustraciones de espacios, situaciones, tipos o lugares concretos que en su día lo impresionaron, de un Jaén totalmente diferente que según Berges era una ciudad muy pequeña. "La guerra fue un desastre para todos", añade, "eran años de miedo, sobre todo en los mayores, porque Jaén estaba convertida en la retaguardia de uno de los combatientes y se hicieron verdaderas atrocidades. A mi padre estuvieron a punto de matarlo pero lo salvaron la gente que trabajaba con él", añade.

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Luis Berges sigue dibujando

Con casi 100 años, el autor del libro que se presenta este martes admite que sigue dibujando "pero con un esfuerzo terrible porque estoy prácticamente ciego". "Hago un esfuerzo de voluntad tremendo siguiendo los consejos de mi oftalmólogo y hago lo que puedo", añade. "No lo dejo porque él me dijo que no parara de dibujar, como procedimiento para que no se durmiera la poca visión que me queda", señala mirando al papel.

Por último, Luis Berges también nos da su opinión sobre el Jaén de nuestros días: "Veo una Jaén no tan bonita como yo esperaba verla al final". "Se han hecho muchos disparates en esta ciudad. Se han dejado cosas que se deberían haber hecho y se han hecho otras...pero al menos el entorno de la Catedral, que es el que yo frecuento, aún se mantiene. Jaén perdió el carácter en la posguerra y su tipología arquitectónica y sus características propias, aunque aquello pasó en toda la provincia y en gran parte de España. Fue la pérdida de personalidad urbanística, pero qué le vamos a hacer", sentencia.