Paco Anguita: "Gracias a la radio he podido cumplir todos mis sueños"

Granada

Ciclismo, radio, música, gestión empresarial, locutor, speaker deportivo, presentador, organización de eventos. Otura. Su familia. Todos los caminos llevan a Paco Anguita. Quien ha sido director comercial de Radio Granada durante los últimos 33 años afronta las tres últimas semanas antes de colgar el micro, cortarse la coleta. Pero se desprenderá sólo de una parte de su actividad, que cambiará por "dar un paseo cada mañana" por los campos de Otura, tal vez camino de Dílar, "para cuidarme un poquito, que nunca lo he hecho", y también para dedicar más tiempo "a mi familia".

Y más todavía ahora, que Noa está ya tocando a la puerta. Espera con júbilo a "mi primera nieta", dice con la voz entrecortada. Durante la entrevista recuerda los inicios de todo, en la barbería de su padre donde todo comenzó cuando leía la prensa a los clientes, que escuchaban entre cuchillas y espuma de afeitar. "Ahí me entró el gusanillo por la comunicación", dice Paco emocionado.

El Niño del Barbero de Otura, como se presenta él mismo siempre que la ocasión lo permite, orgulloso de su familia y de su origen, ha volado alto. Y sigue. Es representante de artistas, gestiona la programación de fiestas de decenas de ayuntamientos, y organiza una fiesta del Día de la Cruz de Radiolé en un pestañeo. Del mundo artístico, repasa su etapa como cantante de orquesta, cómo funcionaban Los 40 cuando él era locutor, ahonda en su relación con Manolo Garrido -"mi maestro"-, y bucea en anécdotas vividas en discotecas de los 80 cuando los locutores de radio eran estrellas. "Yo firmaba más autógrafos que los artistas", recuerda.

Es Paco Anguita, cuya poliédrica vida profesional impide una definición concreta de su actividad. Él es una marca en sí mismo que mejora la vida por donde pasa y deja tras de sí un estímulo de motivación, estela de rebeldía. "Gracias a la radio he podido cumplir todos mis sueños", dice convencido. A seguir pedaleando y disfrutando por el mundo que viene, querido Paco.