Solo el 13 por ciento del gasto público es gestionado por los ayuntamientos de España
Desde la Junta de Andalucía esperan conseguir aumentar las competencias municipales relacionadas con los fondos públicos
Málaga
Los ayuntamientos españoles apenas gestionan el 13% de la inversión pública, según José Antonio Nieto, consejero de Administración Local de la Junta. Pese a que desde el gobierno andaluz ven complicado una reasignación de funciones entre las administraciones, sí ven plausible que exista colaboración entre los órganos de gestión para incrementar las actuaciones de las administraciones locales.
El consejero de la Administración Local de la Junta ha manifestado su intención de que la gestión directa del gasto público de los ayuntamientos se llegue a duplicar hasta llegar al 25%. Si bien, admite que es difícil que este porcentaje se delegue directamente a los ejecutivos locales, espera que se trate de una gestión indirecta en cooperación con otras administraciones.
Asimismo, se ha mostrado optimista con la gestión de la provincia de Málaga, apelando a la colaboración entre alcaldes y técnicos a la hora de ejecutar los proyectos de los distintos municipios. También ha mencionado que la línea de trabajo de los ayuntamientos debe seguir una política de trinchera de pisar la calle, realizando una gestión cercana.
Nieto ha mencionado que en los órganos de gobierno municipales no deben existir técnicos "complacientes", pero tampoco bloqueos a la hora de abordar las propuestas de los alcaldes. Asegura que la clave de un buen mandato es cuando se consigue que "la ley sea un instrumento para hacer seguro la gestión de los recursos públicos, no que la ley sea una excusa para hacer las cosas que son necesarias para mejorar una ciudad".
El consejero de Administración Local se ha referido 'Guía para concejales de la comunidad autónoma de Andalucía' para recalcar cuál es la forma de proceder de los ediles. Afirma que los técnicos deben ser "los dueños del procedimiento para que se haga ese proyecto", ya que el alcalde ha de ser "el dueño del proyecto". En caso de que el proyecto y el procedimiento diverjan, la guía persigue el objetivo de conseguir que el procedimiento "llegue a su fin".
Además, declara que la guía se debe centrar en "abrir horizontes" e ir poniendo las bases para abordar la realidad del siglo XXI. En esta nueva edición se esgrime la hoja de ruta para que los ediles puedan resolver nuevos retos como el energético, o que sepan cómo relacionarse con las distintas administraciones tras las alteraciones sufridas.