El protozoo que ha mantenido a Baena sin agua solo se ha localizado en el pantano de Iznájar, "en una concentración insignificante", según la Junta
Este martes se levantó la prohibición de consumo humano sin que existan datos concluyentes sobre el origen de la contaminación por Cryptosporidium
Córdoba
Los análisis practicados por la Junta de Andalucía en toda la red de abastecimiento y distribución de agua de Baena solo han localizado presencia del protozoo Cryptosporidium Parvum en el pantano de Iznájar. Sin embargo, la administración autonómica no considera los resultados lo suficientemente concluyentes como para asegurar que el foco de la infección se encontraba en el citado embalse, dado que podría haber proliferado a lo largo de la red de tuberías.
El brote llevó a las autoridades sanitarias a prohibir el consumo humano del agua corriente durante 10 días tras registrarse varios casos de criptosporidiosis. La medida quedaba anulada este martes, tras haberse procesado hasta tres muestras sin que la concentración del parásito fuera significativa. Eso sí: no existen unos parámetros objetivos para evaluar cuál es la concentración que representa un peligro real.
Según ha podido saber Radio Córdoba - Cadena SER, las muestras recolectadas en el pantano de Iznájar el pasado 13 de septiembre mostraron la presencia de Cryptosporidium tanto en el agua del embalse como en la que salía filtrada. Concretamente, en el agua bruta se hallaron 297 ooquistes en 10 litros, mientras que en la que ya había pasado por la Estación de Tratamiento (ETAP) de Iznájar, gestionada por Emproacsa, se localizaron 2 ooquistes de Cryptosporidium en 100 litros analizados.
Fuentes de la Junta han asegurado a esta emisora que se trata de unos niveles "insignificantes", aunque la alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, ha recordado que la prohibición de consumir agua corriente se adoptó "tras la localización de 3 ooquistes en cien litros de agua en la red de distribución".
Los ooquistes podrían compararse con 'el embrión' del protozoo. Un estado inicial que puede anidar en las células del intestino humano y dar lugar a una criptosporidiosis, enfermedad que suele manifestarse con diarrea, náuseas, vómitos, fiebre, dolor de cabeza y pérdida del apetito.
Fueron cinco personas que presentaban estos síntomas las que hicieron saltar las alertas del Sistema de Control Epidemiológico de la Junta de Andalucía. Se estableció que el único nexo común entre los pacientes era haber estado en contacto con el agua corriente de Baena. Y finalmente, la enfermedad ha afectado a un total de 11 personas, de las que una de ellas requirió de hospitalización.
No obstante, salvo en personas con sistemas inmunitarios deprimidos, en la mayoría de casos la criptosporidiosis transcurre sin mayor complicación y existen tratamientos sintomáticos. Además, se ha cumplido el ciclo de incubación del protozoo y, durante ese periodo, no ha habido ninguna persona más afectada por criptosporidiosis.
El proceso realizado en la ETAP reduce su concentración, pero no elimina al parásito en su totalidad. Por ello, los técnicos instan a las administraciones en su resolución a reforzar la vigilancia, pero no pueden considerar como 'no potable' ese agua.
De esta forma, las medidas adoptadas por la delegación territorial de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía obligan a Aqualia y a Emproacsa a la realización de analisis quincenales del agua bruta de Iznájar; y semanales del agua que sale por los grifos en Baena. La supervisión será intensiva, especialmente en lo relativo a los tratamientos de preoxidación, adsorción, coagulación, floculación, decantación, filtración y desinfección que se realizan.
No se ha encontrado presencia del protozoo en las las analíticas realizadas en otros puntos de los que 'bebe' el municipio cordobés de Baena, como son el manantial de La Hoz, Pozo Marbella y Fuente Alhama.
Álvaro Guerrero Jiménez
Redactor y editor en los servicios informativos de la Cadena SER en Córdoba. Previamente ha trabajado...