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Málaga triplicó sus solicitudes de asilo durante la escalada del conflicto de Ucrania en febrero de 2022, según Cruz Roja

España es el tercer país de la Unión Europea con más peticiones de refugiados

Refugiados de Ucrania / Biel Aliño

Málaga

Se multiplicó por tres el número de refugiados en la provincia con la escalada de la guerra de Ucrania a inicios del año anterior. No obstante, Málaga acoge numerosas personas de otras nacionalidades que huyen de sus países, hecho que afecta irremediablemente a su salud mental. Por ello, Cruz Roja ha elaborado un estudio que analiza cómo es la salud mental de las personas que tienen que emigrar forzosamente de sus lugares de origen. De igual manera, trata de visibilizar y sensibilizar sobre la salud mental, emocional y psicosocial, además de materializarlo en propuestas de acción e intervención.

La investigación ha contado con una muestra de 1.025 casos de personas migrantes de medio centenar de países. Asimismo, no se trata de un simple estudio académico, sino que a partir de él se ha elaborado un plan de acción que minimice las consecuencias en la salud mental de estas personas. En esta guía construida por todos los intervinientes en el estudio incluye y describe propuestas con "pequeñas y grandes acciones del día a día" que cambien los problemas detectados, a través de la atención directa, la sensibilización, la transformación cultural, la acción intersectorial y la abogacía de los derechos humanos. Carolina Zanolla, psicóloga en Cruz Roja Málaga, ha apelado al diálogo y colaboración entre instituciones.

Desde que las personas migrantes se ven expuestas y huyen de sus países su salud mental empieza a verse afectada por esa circunstancia que les provocan estresores de suficiente intensidad. Puede que el período de mayor afectación transcurra entre seis meses o un año de la huida, según Cruz Roja.

Zanolla ha apuntado que hay que alejarse de la biomedicina y partir desde la premisa de que estas personas no presentan problemas previos. Sin embargo, la exposición a diferentes tipos y niveles de violencia, como conflictos armados o persecución por género, son los factores que afectan a su salud mental.

El estudio ha revelado que la situación que más protege frente a los riesgos derivados de la migración forzosa es el empleo y la ocupación remunerada. El apoyo familiar y la vinculación emocional con la familia son otros factores que contribuyen a aminorar las afectaciones, junto con los hábitos y estilos de vida saludables, incluida una sexualidad sana y vivida libremente. Además, Carolina Zanolla ha señalado que la integración es la estrategia menos lesiva para actuar frente a estos problemas.

Los problemas de salud mental que aparecen después del trayecto migratorio no son tanto a nivel personal sino de contexto, como problemas económicos, laborales y de comunicación. Estas dificultades se ligan directamente con la nacionalidad y el sexo. Zanolla ha manifestado "la necesidad de disponer de espacios libres de violencia y relaciones seguras como requisito para reparar, crecer y volver a empezar" para las personas migrantes.