En el mundo de Groucho
La firma de Carlos Jurado en Hoy por hoy Jerez

Jerez de la Frontera
Decía Groucho Marx que él era un hombre con principios, pero que, si no gustaban, tenía otros.
Y esta frase, que Groucho decía como sublimación de la absurdez del mundo Marx, se ha convertido de repente en pura normalidad.
Conviene leerla con detenimiento, pues es pura filosofía en nuestro día a día.
Primera reflexión.
Los principios son valores íntimos e innegociables, pero también comunes a la inmensa mayoría, indistintamente, de los pelajes. Son, en definitiva, el pegamento que nos une para convivir.
Segunda reflexión.
Mal asunto es cuando la conveniencia y el interés particular, como insinuó Groucho, convierte esos principios en arenas movedizas; hoy proclamo esto y mañana lo contrario. Es decir, la quiebra del pegamento de la convivencia.
Y tercera y última reflexión.
Que se incurra en el absurdo para acreditar esa ruptura. Es decir, como hizo Groucho, tengo mis valores, me interesa lo contrario y organizo un circo para que esa mutilación pase desapercibida.
Y en eso estamos.




