La catedrática de la UCA Margarita Castilla lidera un grupo europeo sobre Derecho e Inteligencia Artificial

Cádiz

La Inteligencia Artificial (IA) permite, ya hoy, avances inimaginables en campos como la neurociencia, la robótica, la creación digital o el acceso a la información.

Los procesos de IA son capaces, no sólo de adquirir gran cantidad de datos de diferentes fuentes, sino también de analizarlos y tomar decisiones.

Estas técnicas están dando respuestas rápidas y efectivas en campos esenciales, como la lucha contra enfermedades, la atención a personas mayores o la física aplicada a multitud de campos.

Sin embargo, el enorme potencial de la IA también abre la puerta a usos ilícitos y a ataques a derechos básicos, como el de la intimidad o la imagen de las personas, o la manipulación de voluntades en el caso, por ejemplo, de campañas políticas.

Las grandes áreas de desarrollo de la IA; Estados Unidos, Europa y China, están inmersos en un complejo proceso para regular el uso de la Inteligencia Artificial, determinar los límites legales de estas aplicaciones y establecer penas en caso de incumplimientos.

En la Unión Europea, el Parlamento ha recibido el encargo de redactar la primera Ley de Inteligencia Artificial, pero se trata de un reto complejo porque el campo de regulación es enorme.

Abarca, entre otras, cuestiones legales, morales, económicas, científicas y de derecho civil e internacional. Para avanzar con garantías hacia un modelo definitivo, la UE y sus países miembros han creado varias mesas de trabajo y grupos de asesores que tienen la misión de presentar conclusiones que serán debatidas para crear un modelo regulatorio.

Uno de los grupos de investigación, centrado en el campo de la relación entre el Derecho y lA está liderado por una experta de la Universidad de Cádiz, la Catedrática de Derecho Civil Margarita Castilla.

En una entrevista a Radio Cádiz, la investigadora principal del grupo ha detallado el alcance del trabajo que desarrolla y los retos que plantea. Castilla ha explicado que la IA no tiene por qué ser buena o mala, es sólo una valiosa herramienta que puede ser bien o mal empleada.

Ha dicho que uno de los mayores retos legales es el de establecer una norma universal, o al menos lo más amplia posible, pero ha advertido que este objetivo se ve frenado por potencias no democráticas, como China, que están haciendo un uso “opaco” de la IA.

Los primeros trabajos del grupo, integrado por casi 40 expertos españoles e italianos, están ya disponibles en el sitio WEB de la UCA bajo el epígrafe “Proyecto de investigación Derecho e inteligencia artificial: nuevos horizontes jurídicos de la personalidad y la responsabilidad robóticas” (PID2019-108669RB-I00).

Escucha la entrevista aquí: