Juan Francisco Delgado: "Un aguacate, uno solo, necesita 200 litros de agua"

Granada

Hablar con Juan Francisco Delgado es abrir una ventana por la que se otean horizontes desconocidos. Nos cuenta que las grandes tecnológicas están comprando derechos de emisión de oxígeno en espacios naturales para compensar la generación de carbono que se deriva de su brutal producción tecnológica. Es alucinante: un mercado que mide la absorción de carbono para convertirlo en oxígeno para compensar la emisión y reducir su huella. Toma ya.

O cómo las nuevas generaciones se incorporan al mundo adulto convencidas de que la sostenibilidad del planeta depende de la cadena agroalimentaria, que no es asumible que un cerdo criado en España consuma pienso cultivado en Argentina para que después el jamón ibérico llegue a una mesa de China. El impacto en huella de carbono es inasumible. Los jóvenes exigen la trazabilidad completa de la carne: dónde se produce y en qué condiciones.

Se detiene Delgado en la huella hídrica, los litros de agua que necesita un fruto para madurar. "Una naranja, cincuenta litros; un aguacate, uno solo, 200 litros", explica, y esta afirmación empuja a la entrevista hacia la franja de la moral: los aguacates crecen con agua que es de todos y escasea.

Y esto, a su vez, desemboca en el uso de la tecnología aplicada al campo en busca de un mayor rendimiento, una optimización de los recursos y una mayor resistencia de los cultivos a situaciones de adversidad. Y, a su vez, en toda esta madeja a medio desenredar aparece otro cabo del debate mundial: la manipulación genética de los cultivos en busca de rentabilidad y resistencia, práctica habitual ya en otras latitudes. Juan Francisco Delgado abre de par en par una fascinante ventana al mundo que viene.